Drones ucrania
El uso del dron ha aumentado exponencialmente en los ataques entre Rusia y Ucrania.
Los ataques a la península de Crimea son cada vez más numerosos, el ejército ucraniano cuenta con una flota de drones que está provocando graves daños a Rusia. Tal y como han informado desde Ucrania, este lunes han atacado uno de los servicios secretos rusos.
Moscú reconoce el ataque, pero niega que haya sido alcanzado el edificio de los servicios secretos. Del mismo modo, aseguran que solo han sido dañados varios edificios civiles. Además, los misiles occidentales que utiliza Ucrania están causando enormes bajas en las tropas rusas, especialmente en estos últimos meses en los que quién ha puesto la mira en la península de Crimea, pero es en el uso de drones en lo que Ucrania está especializado durante este último año y medio de guerra.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, vuelve de su gira por EEUU y Canadá, donde recibió dos paquetes de asistencia militar por valor de más de 800 millones de dólares e instructores canadienses para los cazas F-16.
Ucrania ha creado un ejército de drones en los que ha invertido casi 1.000 millones de euros en comprarlos o, sobre todo, para fabricarlo de forma más o menos casera. Tal y como aseguran los propios soldados, este tipo de armamento es esencial y tienen muchas ventajas ya que salvan vidas. Explican que no necesitas tener un contacto directo con el enemigo, por lo que esta artillería es mucho más precisa y permite llegar más lejos. Gracias a ellos, Ucrania ha amenazado el corazón de Rusia.
Otra de las virtudes que ofrecen estos dispositivos son el precio, así lo ilustra un vídeo del ejército ucraniano bajo el título dos drones de 500 dólares destruyen un tanque de 4 millones y medio una guerra low-cost que tampoco requiere mucho gasto de información.
Ucrania ha formado ya a 10.000 operadores. Tal y como cuentan los propios implicados, en menos de tres semanas de formación ya comienzan a trabajar para el ejército.
Rusia, por su parte, ha desplegado sofisticados inhibidores portátiles, y también unas rústicas redes anti drones que el grupo Wagner instaló en Bahamut.