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Funeral Isabel II

La reina Isabel II ya descansa en el Castillo de Windsor tras un funeral de Estado histórico en Londres

El funeral de Isabel II fue planeado por la propia Reina durante décadas. El servicio ha estado lleno de detalles y pompa, pero también de una gran emoción.

Inédito lo que se ha vivido esta mañana en el corazón de Londres. El funeral de Isabel II ha sido el mayor evento que se ha coordinado en esta ciudad en su historia. Con un despliegue de seguridad superior, incluso, al de los Juegos Olímpicos de 2012. Han acudido 2.000 invitados y más de 100 jefes de Estado y de Gobierno.

El guion se ha cumplido con escrupulosa decisión, desde el minutado de cada momento, la llegada de los invitados y toda la coreografía inicial. Ha habido incluso emoción en una familia real británica que tiende a ser acusada de exceso de sobriedad. Se ha visto al rey, Carlos III, muy conmovido, sobre todo cuando sonaba el himno nacional que puso fin a 2 minutos de silencio.

Ha sido una demostración de pompa y solemnidad, pero ha habido también toques personales ya que hay que recordar que el servicio había sido diseñado por la propia Isabel II durante décadas. Ha contado, por ejemplo, con música que sonó en su boda en esa misma abadía de Westminster en 1947 o en su coronación, también en el mismo templo, en 1953.

Así ha sido el funeral de Isabel II

Respeto y dolor a la salida del féretro de Isabel II de Westminster Hall. Sobre él, la Corona, el orbe y el cetro, los símbolos de la monarquía inglesa. 142 soldados de la Royal Navy son los encargados de mover el carruaje. Detrás, el rey Carlos III, junto con sus hermanos, también los príncipes Guillermo y Harry.

200 soldados con sus gaitas han encabezado la comitiva que ha llegado tras diez minutos a la Abadía de Westminster. 8 granaderos han transportado el ataúd. Dentro, esperan los 2.000 invitados a la ceremonia que se levantaban a su llegada, entre ellos, los Reyes de España y los eméritos. En la ceremonia se han recordado la vocación de servicio de la Reina y se ha cantado en varías ocasiones.

La primera ministra, Liz Truss, ha participado en el servicio religioso que ha terminado con el 'Last post', el toque de trompeta de los entierros, seguido de dos minutos de silencio en toda la nación. Tras él, suena este lamento interpretado por gaitero real por deseo expreso de la Reina.

Al finalizar la misa, la comitiva parte hacia el arco de Wellington. En su camino, han pasado bajo la estatua de Winston Churchill, el primer jefe de gobierno del reinado de Isabel II. Cada minuto ha sonado la campana del Big Ben y salvas en honor a la difunta Reina. A las tres menos 25 minutos, el féretro ha sido transferido al coche fúnebre que ha trasladado los restos mortales de Isabel II al palacio de Windsor donde descansará junto a su marido.

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