Raffaela Carrà
El féretro llegaba a las 12:00 del mediodía. Miles de personas se han acercado hasta la iglesia para despedir a la cantante.
El último 'ciao Raffaella' ha sido transmitido por la televisión italiana. Un oficio religioso muy seguido al que han asistido numerosas personalidades del mundo político y artístico de Italia.
Miles de seguidores, fanáticos y admiradores se han acercado hasta la Piazza del Campidoglio, en Roma, para despedirse por última vez. Lágrimas y tristeza, pero también un ambiente muy festivo.
El féretro de la cantante ha entrado en la iglesia de Santa María in Aracoeli entre una gran ovación. En la Iglesia también había una gran foto recordando su ayuda en la adopción de niños.
Solo 200 personas han podido entrar, entre ellas el bailaor español, Joaquín Cortés. "Lo más importante de ella era que no quería que la vieran mal, ella quería que la vieran feliz", ha subrayado.
Los restos mortales de Rafaella Carrà ya han sido incinerados después de recibir ese último adiós de sus seguidores.
Conmoción por su muerte
"Raffaella nos ha dejado, nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre". Con estas palabras, Sergio Japino, el que fuera pareja de la cantante durante 30 años, anunciaba su fallecimiento este pasado lunes.
La muerte de Carrà, de 78 años, sorprendía al mundo entero, especialmente a Italia y España, país donde desarrolló gran parte de su carrera artística. Por ello, y a pesar de que la italiana deseaba un funeral sencillo, sus familiares y amigos autorizaron una despedida por todo lo alto.
Tres días de luto nacional
Este pasado miércoles, los restos morales de Carrà fueron trasladados desde su domicilio hasta el Ayuntamiento de Roma. Durante el recorrido, el cortejo fúnebre visitó los sitios más emblemáticos de la trayectoria profesional de la artista: el Auditorio Rai del Foro Itálico, el centro de producción televisiva de la RAI y en el Teatro delle Vittorie. La última parada fue la Sala della Protomoteca in Campidoglio, donde se dispuso la capilla ardiente abierta al público.