Dinamarca
El próximo domingo la reina Margarita dejará de ser monarca de Dinamarca tras 52 años como jefa de Estado.
Ya está todo preparado en Dinamarca para la sucesión de la reina Margarita. Su hijo Federico será proclamado Rey este domingo en una ceremonia muy sencilla. La Reina abdica el 14 de enero con 83 años y después de 52 años como jefa de Estado. "Una ya no puede con lo que podía antes", dijo Margarita.
A esa ceremonia no asistirán los Reyes de España, ni otros miembros de casas reales. No habrá coronación, aunque sí una gran acogida por parte de los daneses, que esperarán en la calle la salida al balcón de su nuevo Rey. Quedan menos de 48 horas del adiós definitivo. "Ha sido una especie de gran madre para todos nosotros. Ha sido inteligente e inspiradora", dicen desde el pueblo danés.
La ceremonia del domingo comienza a las 13:35 horas, cuando los príncipes herederos y su primogénito irán en coche desde el palacio de Federico VIII, en Amalienborg, hasta el de Christiansborg. Después, la reino Margarita saldrá en carruaje desde el Palacio de Christian IX, en Amalienborg, hasta el Palacio de Christiansborg escoltada por el Regimiento de Húsares de la Guardia.
Sobre las 14:00 horas, Margarita II, el príncipe Federico y el príncipe Christian participarán junto con miembros del Gobierno y el secretario del Consejo de Estado en el Consejo de Estado. La Reina firmará una declaración de abdicación. A las 14:30 horas Federico y Mary, ofrecerán ya proclamados como rey y reina una recepción a invitados.
Federico X acudirá el balcón del palacio acompañado por la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, y esta proclamará su ascenso al trono.
Margarita siembre había dicho públicamente que no tenía pensado abandonar el trono ya que ser reina era un "deber de por vida". Sin embargo, el hijo heredero asumirá el trono a sus 55 años el mismo día de la abdicación, después de un Consejo de Estado, con el nombre de Federico X. La reina de Dinamarca se sometió el pasado mes de febrero a una operación de espalda y confiesa que la intervención le hizo pensar en el futuro y "si no había llegado el momento de dejar la responsabilidad a la siguiente generación".
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, agradeció en un comunicado a la reina su "dedicación de por vida y su incansable trabajo por Dinamarca".