HABÍA SIDO ENTERRADO VIVO TRAS SER APUÑALADO
Los hechos se remontan al pasado mes de febrero, cuando Kachit Krongyut estaba dando de comer a sus seis vacas en el distrito Wangyai de la provincia de Khon Kaen en Tailandia. Esta mujer percibió que había algo enterrado en el suelo, que según relata a bangkok.coconuts.co "pensé que alguien había enterrado a su mascota viva, pero luego vi un pie".
Es entonces cuando la mujer decide pedir ayuda a su marido Pornchai, y, juntos logran desenterrar de un agujero, de unos 20 centímetros de profundidad, al recién nacido. El neonato presentaba diversos signos de haber sido apuñalado. Los médicos del hospital de Wangyai declararon a thejournal.ie que incluso podría haber sufrido abusos físicos.
Tres meses después, el bebé, que no ha sido identificado, se recupera satisfactoriamente de sus heridas. The mirror ha publicado una imagen en la que se le ve sonriendo y vestido con una túnica budista.