reacciona con sorpresa
La Casa Blanca está molesta con el director nacional de Inteligencia (DNI), Dan Coats, por su actitud tras la reciente cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, según han informado medios locales. "Se ha vuelto un subversivo", señaló al diario The Washington Post un miembro del equipo del presidente, que pidió mantener el anonimato.
El enfrentamiento entre Coats y Trump se remonta al pasado lunes, cuando el mandatario puso en duda las conclusiones de sus propios servicios de inteligencia sobre la posible injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016. Para asombro de algunos antiguos directores de las principales agencias de espionaje estadounidense, Trump le dio mayor credibilidad a Putin que a la CIA, el FBI y el propio DNI, que en enero pasado concluyeron que Moscú interfirió en los comicios.
Sin embargo, Coats fue el único responsable en activo de una de estas instituciones que contradijo abiertamente al presidente. "Hemos sido tajantes en nuestras conclusiones de que Rusia interfirió en las elecciones de 2016 y sobre sus esfuerzos perversos, que aún continúan, para socavar nuestra democracia", señaló ese mismo día Coats en un comunicado.
De acuerdo con la fuente del diario washingtoniano, este miércoles, Trump intentó calmar las aguas encomiando la labor del máximo responsable de los servicios de inteligencia durante una entrevista con la cadena CBS. Para asegurarse de que Coats era consciente de ello, la Casa Blanca le envió una transcripción de la entrevista, aseguró el funcionario al periódico.
El problema fue que este jueves Trump, que de hecho lleva días repitiendo que confía plenamente en los servicios de espionaje estadounidenses, invitó a Putin a visitar Washington en otoño, lo que parece indicar que, de todas formas, no tiene intención de tomar represalias contra las acciones del Kremlin.
Al enterarse de la noticia, justo cuando participaba en un foro de seguridad que se celebraba en Aspen (Colorado), Coats reaccionó atónito y, tras reirse y emitir un profundo suspiro, dijo: "Repítemelo ¿Te he escuchado...? Bueno, eso va a ser algo especial". Según The Washington Post, el equipo del presidente está preocupado porque Trump se pueda tomar la actitud de Coats como una traición, especialmente, al producirse apenas horas después de que él le alabara en público.