Invasión rusa de Ucrania
Los soldados que luchan en favor de Ucrania buscan audazmente hacerse con material militar ruso, para luego borrar la Z, su conocido símbolo. Esta es la actuación que llevan a cabo.
La guerra en Ucrania está obligando a cada bando a apañárselas como puede para salir adelante. En el caso de los soldados que luchan en favor de Ucrania, tanto nacionales como extranjeros, tratan también de hacerse con material militar de Rusia, con el cual pueden salir incluso favorecidos al conocer la artillería empleada por sus enemigos.
Sin embargo, los soldados no se hacen con ella a cualquier precio. Antes de hacerse con todo el instrumental ruso que tienen a su alcance, se encargan de no dejar huellas. Y lo hacen eliminando la clásica 'Z' que aparece en la mayoría de tanques rusos o de vehículos blindados que están llegando a Ucrania para culminar la invasión iniciada el 24 de febrero.
La letra 'Z' se ha convertido en uno de los más reconocidos símbolos de Rusia, y que está desatando todo tipo de teorías sobre su origen. Hay quienes lo apuntan a las palabras de Putin sobre "desnazificar" Ucrania, mientras otros piensan que forma parte de un breve proverbio ruso que habla de que "venceremos", aunque su significado oficial en esta guerra sigue siendo una incógnita.
El conflicto se vuelve más cruel
Este miércoles, Ucrania ha denunciado el ataque de Rusia a un hospital infantil en Mariúpol, que ha sido totalmente destruido y que tenía a niños en su interior. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, asegura que el ataque ha sido una "atrocidad" y asegura que hay niños pequeños bajo los escombros, según le han informado desde el Ayuntamiento de la ciudad.
Por otro lado, la cifra de refugiados continúa ascendiendo conforme pasan las horas. La ONU calcula que ya hay aproximadamente 2,1 millones de ucranianos que han escapado de la guerra, mientras sigue temiendo por los niños, que se están llevando la peor parte de la guerra, al tener que huir del país sin saber el por qué les están atacando o deben refugiarse en lugares subterráneos.
En España, la solidaridad está siendo inmensa. La mayoría de las comunidades autónomas ha puesto a disposición del Gobierno todos los recursos necesarios para poder ayudar en lo que sea posible, e incluso muchos ciudadanos están actuando por su cuenta para poder echar un cable a los refugiados en la medida de sus capacidades.