Madeleine McCann
El 3 de mayo de 2007 desaparecía de un apartamento de vacaciones de Praia da Luz, en el Algarve portugués, una niña de 4 años. Rápidamente saltaron las alarmas y su foto y su nombre, Madeleine McCann, ocuparon los informativos de medio mundo.
La pequeña se encontraba de vacaciones con sus hermanos mellizos de 2 años, sus padres y un grupo de amigos de la pareja. Los tres hermanos se quedaron durmiendo en el apartamento, ubicado en un bajo, mientras que sus padres fueron a cenar con sus amigos a un restaurante a 55 metros. Hacían turnos para ir a vigilar a los niños cada 20/30 minutos, pero en una de esas comprobaciones, la niña había desaparecido.
Comenzó entonces una investigación policial que en sus inicios llevó a los McCann a ser considerados los principales sospechosos. La Policía portuguesa creía que podría haberse producido un accidente doméstico en el que la pequeña falleciera y sus padres lo hubieran encubierto. Sin embargo, un año después, y debido a la falta de pruebas, se levantó la acusación.
Fue entonces cuando la familia contrató a detectives privados para que dieran con el paradero de su hija, hasta que en 2011 Scotland Yard abrió su propia investigación y poco después la policía portuguesa reabriría la suya.
Ahora, el principal sospechoso es un pederasta de 43 años que cumple condena en Alemania. Vivió en el Algarve entre 1995 y 2007 y se encontraba cerca de los apartamentos donde se alojaban los McCann el día que desapareció Maddie.
Este sujeto suma casi una veintena de casos de agresiones, robos y asuntos relacionados con los estupefacientes y ya fue condenado en 1994, con tan solo 17 años, en Baviera por abusar de un niño. Su última detención relacionada con menores se produjo en 2016 tras ser acusado por tenencia de pornografía infantil.