EN AUSTRALIA
Devastador suceso el que tuvieron que presenciar dos niños de 9 y 11 años y una recién nacida. Tara Costigan es la víctima de este horrible caso de violencia de género que ha tenido lugar en Camberra, Australia.
Tara empezó a observar comportamientos violentos y actitudes amenazantes en su pareja Marcus Rappel por lo que embarazada de su tercer hijo decidió poner punto y final a la relación. En el momento en el que dio a luz a su hija Ayla se negó a que Marcus siguiese conviviendo en la misma casa, pero él decía querer seguir formando parte de la vida del bebé.
Sólo seis días después del nacimiento de la pequeña, Tara decidió denunciar y conseguir una orden de alejamiento. Hecho que desató todavía más la furia de Marcus. Al día siguiente de que le notificaran la orden de alejamiento, el 28 de febrero de 2015, Tara estaba dando el pecho a Ayla cuando él irrumpió en el domicilio con un hacha. Aterrorizada, la mujer intentó escapar con su bebé en brazos cuando él le clavó el hacha en el cuello.
Su hermana que estaba también en la casa intentó interceder y trató de detener la hemorragia mientras un vecino llamaba a los servicios de emergencia. Pero fue todo inútil y Tara murió en los brazos de su hermana.
Marcus fue detenido y condenado a 32 años de prisión culpable de asesinato y de violación de una orden de alejamiento. El juez calificó el asesinato de "vicioso y cobarde". Marcus intentó alegar a su favor que lo acusaban de cosas que él no había hecho.
La familia de Tara no está conforme con la sentencia porque afirman que "nunca podrían volver a traer a Tara de entre los muertos" y según recoge Mirror defiende que debería estar en prisión en cadena perpetua.