Guerra de Ucrania
Antena 3 Noticias ha podido hablar con Artem, un soldado ucraniano destinado en el frente de Bajmut. Nos atiende desde una cocina en la que descansa uno o días antes de ser destinado a las trincheras durante 24 horas para luchar cara a cara contra el enemigo.
"Se ve que no estoy en una trinchera. Este es el lugar más cómodo en el que he estado en un año". Es lo primero que nos cuenta Artem cuando conseguimos que la conexión funcione. Es cierto que nos sorprende verle en una cocina: "En realidad no funciona como una cocina.", nos explica. "Vivo aquí. Mira: ahí están mis botas, mi ropa, mis armas... Dormimos aquí todos juntos, así está la situación", pero sonríe al explicar a Antena 3 Noticias que en esta casa de verano abandonada al menos tiene agua caliente y luz: "No todos nuestros chicos viven así, pero en mi unidad tenemos la oportunidad de vivir a veces en una casa, no siempre en trincheras. Aquí descansamos y luego vamos a nuestras posiciones en trincheras durante 24 horas."
"Los días de descanso traigo armas, armaduras, granadas… Intento que todo esté listo para mis compañeros"
Artem está destino a 50 kilómetros de Bajmut. La batalla por esta ciudad del este de Ucrania se considera la más sangrienta en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Le preguntamos cuál es su labor día a día, cuando no está en las trincheras, y responde que "traer armas, armaduras, granadas… Conseguir que todo esté listo para mis compañeros".
Ciudadanos movilizados y sin experiencia militar
Hace tan solo un año todas esas palabras bélicas no existían en su vocabulario diario. Vivía al norte de Kiev con su mujer y trabajaba como autónomo. La ciudad en la que nació, Chernihiv, fue una de las más atacadas durante los primeros meses, pero a día de hoy esa pequeña localidad ha pasado a ser considerada como una ciudad heroica "porque los rusos no pudieron pasar, nuestros tropas resistieron. Allí estuve un mes y fue muy duro: no teníamos agua, no teníamos luz, ni electricidad para cargar los móviles. Lo más duro fue cuando nos atacaron desde los aviones: nos lanzaron misiles y oíamos cómo caían las bombas. Una bomba cayó en un hotel que estaba a 700 metros de la casa de mis padres donde yo vivía", recuerda Artem.
"Soy un ciudadano movilizado, antes no tenía ninguna experiencia militar, yo era autónomo"
Artem decidió trasladarse a Leópolis junto a su mujer para estar más seguros y allí le movilizaron para el ejército ucraniano. "Soy un ciudadano movilizado, antes no tenía ninguna experiencia militar, yo era autónomo". Le preguntamos cómo está formando Ucrania a sus ciudadanos sin experiencia militar: "Tuve un mes de preparación en un 'grupo de combate de ciudad', después fui movilizado a una brigada, un grupo especializado en ataques. Ahora tengo mi propio 'Kalashnikov'".
"Estamos 24 horas en posición en las trincheras y luego descansamos uno o dos días, pero en otros grupos a veces están en posición una o tres semanas"
Le pedimos que nos explique cómo se organizan en el día a día en el frente para impedir que las tropas rusas avancen: "Estamos 24 horas en posición en las trincheras y luego descansamos uno o dos días, pero en otros grupos a veces están en posición una o tres semanas. Es muy duro no dormir o no poder descansar durante 24 horas, nos deja a los soldados exhaustos". Y no siempre se pueden cumplir esos plazos: "Llegué a estar 5 días en Kremina, al norte de Bajmut. Allí la lucha está siendo muy dura en el bosque. Los cambios de turno son difíciles porque los rusos usan fuerzas especiales para atacar durante la noche. Mi comando ha capturado soldados del Grupo Wagner y les han contado cómo operan".
"La convención de Ginebra es lo único que nos impide matarlos porque han entrado en nuestro país y han matado a nuestros hijos y a nuestras mujeres"
Al oír hablar de soldados rusos le preguntamos por su captura: "Mi brigada ha capturado muchos soldados rusos como prisioneros, sobre todo cuando conseguimos que las tropas rusas se retiraran de Járkov. Los rusos son unos bastardos y se hacen los tontos, pero no nos creemos nada de ellos. La convención de Ginebra es lo único que nos impide matarlos porque han entrado en nuestro país y han matado a nuestros hijos y a nuestras mujeres, asique tendríamos más motivos que ellos para matar".
La pérdida de compañeros en combate
En este momento, Artem baja la cabeza, recuerda cómo la muerte ha invadido su país: "Las últimas posiciones en las que he estado cerca de Kremina son muy duras. Da mucho miedo. Se nota cómo empiezan a atacar con los tanques, cómo empiezan los disparos y me llega la onda expansiva de todas las explosiones".
Entonces nos habla del momento en el que ha perdido a compañeros en batalla, frente a sus ojos: "Un día perdí un compañero, intentamos retirar su cuerpo, pero otros compañeros fueron heridos y teníamos mucho dolor de cabeza por la explosión. No podíamos recibir ayuda, intentamos echar a los rusos y perdimos a más compañeros. ¡Fue horrible!".
Humor para sobrevivir a la guerra
Preguntamos a Artem cómo se supera algo así, cómo aguanta la cabeza en su sitio día tras día viviendo una guerra a la que no se le ve fin: "No tenemos ni idea de cuándo va a acabar, somos simples soldados y no tenemos ni idea de cuándo va a parar esto, porque ellos están movilizando más tropas. Definitivamente necesitamos más armas, pero también gente formada que sepa lo que hace y que esté motivada".
Pero cuesta imaginar cómo los soldados ucranianos logran mantenerse motivados después de un año: "Psicológicamente es muy duro. Es agotador. No veo a mis padres ni a mi mujer desde hace casi un año. Solo descansamos 10 días al año. Estamos cansados física y psicológicamente, pero intentamos reírnos, tener sentido del humor".
"Quiero que en España entendáis esto: no queremos la guerra, queremos vivir pacíficamente"
Y no es una forma de hablar. Artem nos envía vídeos de él y sus compañeros en el frente. Están cavando, pero entre palada y palada consiguen encontrar la fuerza para hacer bromas y bailar un poco de bachata. Esos momentos son los que a Artem le ayudan a sobrevivir en las trincheras de Bajmut: "Solo intentamos sobrevivir, no es un conflicto en el que tengamos ninguna ambición. Quiero que en España entendáis esto: no queremos la guerra, queremos vivir pacíficamente, necesitamos armas para pararles, porque son crueles, y si no les paramos, podrán hacer todo lo que quieran".
El mensaje más triste de Artem: "Así es la guerra"
Mientras acabamos de escribir estas líneas sobre la historia de Artem, seguimos hablando con él por WhatsApp para confirmar algunos detalles. Su objetivo para este miércoles es el de intentar conseguir drones a través de los voluntarios que ayudan en Ucrania. De repente, nos envía un mensaje: "Me acaban de comunicar que un compañero acaba de morir en el frente.Mi amigo tenía un hijo pequeño". Así es la vida y la muerte en las trincheras de Bajmut. "Así es la guerra", escribe Artem.