Cumbre Iberoamericana
La Cumbre ha arrancado sin la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no ha conseguido llegar a tiempo desde Bruselas, donde ha asistido previamente al Consejo Europeo.
La sesión plenaria de la XXVIII Cumbre Iberoamericana que se celebra en Santo Domingo ha comenzado este sábado con la presencia de 14 jefes de Estado y de Gobierno y ocho representantes entre cancilleres y otros altos cargos.
El Rey Felipe VI apeló a la unidad de los países iberoamericanos en la defensa de sus valores y principios compartidos como la democracia y el estado de Derecho, al tiempo que defendió que la Cumbre Iberoamericana es una "iniciativa de éxito" que en sus más de 30 años de historia ha brindado "significativos resultados" y que hay que mantener. El rey, en su intervención ante el resto de líderes iberoamericanos y acompañado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, subrayó que el acervo de la región debe conservarse para seguir construyendo juntos tanto ahora como en el futuro.
El rey agradeció la organización de la cumbre al presidente dominicano, Luis Abinader, y destacó que sea la primera vez que vuelven a reunirse presencialmente todos los líderes desde 2018 debido a la pandemia de coronavirus.
El presidente de la República Dominica, el país anfitrión, Luis Abinader, dio la bienvenida a los mandatarios a la sesión y recordó que la cita que tienen por delante son frutos de los encuentros ministeriales previos a la reunión.
"Quiero agradecer y reconocer el trabajo llevado a cabo por la Secretaría General Iberoamericana y otras organizaciones que han hecho posible esta cumbre, también del sector privado", dijo Abinader ante el plenario.
Cumbre para acuerdos tangibles
De esta cumbre se espera que salgan un conjunto de documentos que sirvan de guías sobre los temas centrales de los debates y para el desarrollo de políticas públicas, entre ellos la Carta Medioambiental Iberoamericana, la Estrategia de Seguridad Alimentaria y la Carta de Principios y Derechos Digitales.
Esto para encaminar a Iberoamérica a enfrentar los retos del cambio climático, el hambre y los avances de la tecnología, que implican adaptar normativas a los nuevos escenarios y contextos digitales que marcarán con más alcance todavía la vida de cientos de miles de iberoamericanos.