Cuba
Se palpa una relativa calma en el país aunque el malestar aumenta ante la negativa del Gobierno de facilitar datos sobre los arrestados. Muchos cubanos reclaman la desaparición de sus familiares y amigos y denuncian que se los llevaron a la fuerza.
Las multitudinarias manifestaciones de Cuba que comenzaron el domingo en contra del sistema establecido en el país están empezando a tener importantes consecuencias sobre los ciudadanos de la Habana, principalmente. El Gobierno ha blindado la capital y a estas horas los policías patrullan sin descanso las calles. Además, las autoridades mantienen limitado el acceso a Internet. Una decisión que se tomó al iniciarse las protestas y que aún no se ha levantado ni se ha anunciado cuando se hará.
Mientras tanto, familiares y diferentes organizaciones denuncian la detención de, al menos, un centenar de personas. "Le metieron la cabeza contra el suelo, le taparon la boca y no sé nada de él", denuncia una mujer al desconocer el paradero de uno de sus parientes tras manifestarse el domingo pasado.
Entre los detenidos se encuentra la corresponsal del diario 'ABC' en Cuba, que fue interceptada por los agentes cuando salía de casa para hacer un trámite personal junto a su padre queje. Ahora, será procesada por delitos contra la Seguridad del Estado como todos los que son sospechosos para el régimen.
Es difícil conocer la situación actual en Cuba
Con el servicio de Internet cortado en la isla y esa presencia policial constante en las calles, es difícil conocer la situación del país en estos momentos. Parece que se palpa relativa calma porque ya son pocos los que se atreven a salir de casa en por la noche. El apagón digital no es más que una medida para evitar que los cubanos difundan vídeos que dejen ver las represalias policiales. Aún así, alguno se cuela y se puede observar como hay agentes reprimiendo a los manifestantes e incluso amenazando con armas.
Los activistas denuncian que están reclutando de manera forzosa a varios jóvenes para que se enfrenten a los rebeldes en las calles aunque, por su parte, el Gobierno de Miguel Díaz-Canel niega cualquier tipo de represión y sigue sin facilitar datos oficiales sobre los arrestos.