Ocean Gate
A pesar de ser "una excelente noticia", Antonio Crucelaegui, director de la Escuela de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid, no descarta que los ruidos que se han detectado procedentes del submarino desaparecido sean un "automatismo".
La detección de sonidos procedentes de la zona en la que desapareció el sumergible con cinco personas a bordo que se dirigía a ver los restos del transatlántico 'Titanic' puede resultar un dato esperanzador, aunque hay que matizar las condiciones en las que puede resultar positivo. Para ello, Manu Sánchez ha contado en las Noticias de la Mañana con Antonio Crucelaegui, director de la Escuela de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid, quien nos explica que se trata de "una excelente noticia", aunque "el periodo de emisión sónico es un poco dilatado, de 30 minutos". Esto último podría indicar que los sonidos proceden de "un dispositivo que se ha lanzado automáticamente sin la actuación humana".
Aunque "sería deseable que fuesen en menos tiempo" y no cada 30 minutos como hasta ahora, es una "excelente noticia", cuenta Antonio Crucelaegui, pues "eso quiere decir que la tripulación dentro ha conseguido poner en marcha un dispositivo acústico que suelen llevar la mayoría de los sumergibles y, por supuesto, todos los submarinos para emitir sonidos que puedan ser detectados, en este caso, por los equipos de rescate", relata.
"Sería una hipótesis bastante positiva que se encuentre en la superficie"
Ahora bien, hay que tener en cuenta que "las circunstancias pueden ser muy adversas", pues "o bien el sumergible ha conseguido llegar a la superficie y previsiblemente está bastante lejos de la zona cero, arrastrado por las corrientes posiblemente, aquí seguiríamos estando en una hipótesis bastante positiva porque está en la superficie, y si está en la superficie con las pocas horas que quedan yo soy optimista con respecto a que los buques de superficie accedan, lleguen allí y consigan rescatarlos posiblemente con una hipoxia o con un fallo pulmonar, pero en cualquier caso los encontrarían con vida".
El problema reside, explica, en que se haya quedado en el fondo, pues "aunque estén emitiendo los sonidos, tardarán un poquito más en detectar exactamente la posición". Ahora bien, "el problema es que, una vez detectada la posición hay que organizar una operación de rescate dentro de la operación de rescate en sí misma, es decir, hay que planificar algún equipo submarino preparado para poder agarrar el sumergible y subirlo a la superficie". Se trata de un proceso que no es sencillo, ya que debe llevar cuidado "para no dañar el propio sumergible afectado", de manera que esa operación tiene que llevar varias horas, suponiendo que esté disponible ese equipo", algo que no es muy sencillo porque es necesario un equipo apto para bajar a 4.000 metros.
Antonio Crucelaegui pone sobre la mesa la posibilidad de que esos ruidos que se han escuchado, procedan de un dispositivo automático, es decir, donde no entre la actuación humana. Explica que, a su parecer, se trata de una emisión "excesiva", ya que "con 10-15 minutos, como mucho, un pin lanzado a esa profundidad permitiría a los equipos de rescate localizar ese punto".
Aquí entra en juego que "ellos son conscientes de que van contrarreloj con el oxígeno y, por tanto, tardar media hora en emitir un pin me parece que a lo mejor no es una emisión humana, sino que es un automatismo. Podría ser incluso que estuviesen en una situación precaria los propios integrantes y que fuese una emisión automática y no hecha por el ser humano".