OTAN
Un equipo de Antena 3 Noticias se sube a bordo del portaaviones americano US George H.W. Bush desplegado en el Mediterráneo. Un coloso en el mar con capacidad para transportar hasta 90 aviones y 5.000 personas. Este buque lidera las maniobras de la OTAN y manda un mensaje claro a Rusia de disuasión. La Alianza está preparada para cualquier escenario.
La cita era a las 7 de la mañana en la zona privada del aeropuerto de Bari, al sur de Italia. Con las primeras luces, ya pueden volar los helicópteros. Tres modelos Seahawk llegaron a buscarnos hasta este aeródromo. En poco más de media hora estábamos aterrizando en el George H.W. Bush, el segundo portaaviones más grande de la US Navy, la Armada de Estados Unidos.
Este potente buque de guerra salió de su base americana, cercana a Washington, hace dos meses y ahora está desplegado en el mar Mediterráneo como centro de mando de la Neptune Strike, las maniobras que la OTAN lleva a cabo en la zona.
Desde la Alianza insisten en que estos ejercicios no suponen una escalada, porque estaban ya previstos desde hace tiempo. Aunque es evidente que con esta muy bien definida demostración de fuerza, se lanza un potente mensaje de disuasión, dirección Moscú. Las fuerzas aliadas muestran que están preparadas para cualquier escenario y que defenderán todo el territorio de la Alianza.
Una pequeña ciudad sobre el agua
Una vez a bordo, hemos podido hablar con muchos de los militares que llevan esta misión. El Almirante Dennis Vélez nos cuenta que el portaaviones es casi como una ciudad. Las cifras impresionan, en este buque viven unas 5.000 personas y es capaz de transportar hasta 90 aviones, entre cazas de combate, helicópteros y aeronaves de alerta temprana y abastecimiento en vuelo. Y no hay que olvidar que este gigante de unas 100.000 toneladas se mueve con propulsión nuclear, es decir, no necesita combustible. Puede alcanzar los 56 km/h.
Vélez bromea diciendo que el George H.W. Bush es más grande que el pequeño pueblo donde creció en su Puerto Rico natal. Aquí los soldados tienen gimnasios, biblioteca, iglesia para ir a rezar y un restaurante que reparte unas 12.000 comidas diarias. Carlos Parker es uno de los encargados del taller mecánico del barco y nos cuenta que “pueden estar hasta 7 u 8 meses de misión, metidos en el buque, algo a lo que uno se acostumbra… hasta te olvidas que no vives pisando tierra firme”.
Hablamos con el Capitán de navío, Luis Díaz Puente, jefe de Logística del Cuartel General OTAN en Lisboa, desde donde se controlan los movimientos del barco. Díaz Puente resalta la capacidad disuasoria de contar en la Alianza con un portaaviones americano como este. “Es un poder impresionante. La capacidad de combate que nos da, no la tiene nadie en el mundo”. Además, es una visualización muy clara del compromiso de Estados Unidos en la defensa de la región euro-mediterránea.
La amenaza rusa
La seguridad del continente europeo vive un momento crítico. La tensión con Rusia está en niveles nunca vistos desde hace medio siglo. Y por eso se mide con precisión cada una de las maniobras.
En estas que Antena 3 puede presenciar en primera persona, las fuerzas de la OTAN simulan operaciones aéreas con la participación de cazas de combate, aviones cisterna y aparatos de vigilancia. Quieren demostrar la capacidad de los aliados para cooperar e integrarse de manera efectiva.
Nos sorprende que los F18 despegan y aterrizan con intervalos de menos de un minuto entre ellos. Y la precisión es máxima. Un cable metálico al que se enganchan cuando tocan tierra les permite frenar en seco. Las frenadas se producen en menos de 20-30 metros desde que tienen contacto con la pista del portaaviones.
El Capitán Polard nos explica la dificultad que suponen estas maniobras y destaca que "la disuasión es la mejor manera de conseguir preservar la paz". Los militares nos reconocen que están seguros de que "Rusia está mirando muy cerca cada paso que se están dando en estas maniobras". Y también nos dejan claro que, si llegara el momento porque la tensión bélica aumentara, todos los pilotos están preparados para pasar a la acción y asumir una misión con fuego real.