EL PILOTO DE LA TRAGEDIA DE GERMANWINGS
Andreas Lubitz, el piloto de Germanwings que causó la catástrofe en la que murieron 150 personas, llevaba un diario donde consignaba "momentos felices" como parte de una terapia contra la depresión a la que se sometió, asegura el semanario alemán "Der Spiegel" en su edición digital.
La revista asegura haber tenido acceso a información de la fiscalía de Düsseldorf, que investiga la tragedia en Alemania, de la que se desprende que Lubitz estaba en un tratamiento que incluía tanto el diario como el consumo de medicamentos. En el diario, Lubitz procuraba describir positivamente su estado de ánimo, con expresiones como "en general todo está bien" o a través de emoticonos sonrientes.
Según la misma fuente, el psiquiatra que trataba a Lubitz le había prescrito somníferos y el antidepresivo Mirtazapin. La fiscalía, además, encontró en el registro a la vivienda de Lubitz otros tres psicofármacos.
El 26 de marzo de este año, Lubitz era el copiloto del vuelo de Germanwings que cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf y en un momento en que el capitán abandonó la cabina para ir al servicio se encerró con llave y estrelló el avión de forma presuntamente deliberada contra los Alpes franceses.
Tras el accidente los hechos fueron reconstruidos por las autoridades francesas gracias a los datos de las dos cajas negras.
En abril la fiscalía de Düsseldorf encontró en casa de Lubitz una tableta en la que el copiloto había buscado en la red informaciones sobre la seguridad de las cabinas de los aviones y sobre recursos para suicidarse.
En junio los investigadores franceses añadieron que el piloto también había recabado informaciones sobre cócteles de medicamentos que tuviesen efecto letal. Las investigaciones también han llegado a la conclusión de que Lubitz tenía problemas con la vista que generaron en él pánico a quedarse ciego.
En los cinco años anteriores a la tragedia de Germanweings Lubitz había consultado más de cuarenta médicos.
Pese a que algunos de los médicos consultados consideraban a Lubitz como no apto para el trabajo de piloto debido a su inestabilidad psíquica, según los medios alemanes, no informaron a Germanwings puesto que tenían que respetar el secreto profesional. Lufthansa, el grupo al que pertenece Germanwings, admitió en su día que sabía que en el pasado Lubitz había estado en tratamiento por depresiones graves.