AMNISTÍA INTERNACIONAL HA PEDIDO A FRANCIA UN PASO ATRÁS
El estrambótico bañador islámico que cubre por completo el cuerpo de la mujer excepto manos pies y rostro, está desatando mucha polémica, tanta que ya ha llegado hasta el Consejo de Estado que, entre el viernes y el lunes, debe decidir si el veto al "bañador islámico" atenta contra los derechos humanos.
La foto de la policía francesa multando a una mujer en burkini en una playa de Niza, hizo arder las redes sociales. El Consejo de Estado, estudia el recurso impuesto por los detractores de esta medida aplicada en varios puntos de la Costa azul.
La medida mantiene divido al ejecutivo galo y está provocando protestas en otros puntos de Europa. En ese contexto, la imagen de un país intolerante que maltrata a sus musulmanes y el Gobierno se ha mostrado dividido.
La prohibición del uso de esta mezcla entre bikini y burka ha provocado la división del Gobierno francés. La Ministra de educación se muestra en contra del burkini, pero rechaza la estigmatización hacia las mujeres que lo usan.
Por su parte el Primer Ministro Manuel Valls, muestra su apoyo a los alcaldes de los municipios que han adoptado la medida, "para mí es un símbolo de la esclavización de las mujeres".
Además, Valls ha pedido cautela a los miembros de su Gobierno, ya que ha defendido que la retórica utilizada por algunos defensores de la medida roza el racismo y la islamofobia.
El presidente François Hollande se limita a pedir que se cumpla ley y ha declarado que lo que está en juego es la convivencia; "algo que supone unas reglas y el respeto a ellas: que no haya ni provocación ni estigmatización”, dijo Hollande.
La organización no gubernamental Amnistía Internacional ha afirmado que si Francia no da marcha atrás en su decisión de prohibir el 'burkini' se perderá una oportunidad para acabar contra el abuso de los derechos de expresión y religión de las mujeres.
"Estas prohibiciones no tienen nada que ver con mejorar la seguridad pública y promueven la humillación pública", ha dicho, agregando que "la aplicación de las mismas ha llevado a abusos y al tratamiento degradante de mujeres y niñas musulmanas".
Para algunos una medida racista, para otros la defensa del laicismo del país y el freno al radicalismo. El Presidente François En varias ciudades europeas se han organizado protestas a favor de la libertad de la mujer a la hora de decidir su atuendo