Teatro de Mariúpol
La palabra "niños" escrita en ruso y visible desde el aire, no evitó que las fuerzas rusas produjeran el ataque, dejando al menos una decena de fallecidos.
La organización no gubernamental Amnistía Internacional, ha denunciado este jueves en un informe que el ataque de las fuerzas rusas contra civiles ucranianos el pasado 16 de marzo en la ciudad ucraniana de Mariúpol, fue un "claro crimen de guerra", en el que murieron al menos una decena de personas.
En este informe, 'Children: el ataque contra el Teatro Dramático Regional de Donetsk en Mariúpol, Ucrania', la organización documenta con entrevistas, imágenes y testimonios lo sucedido y cómo este ataque pudo ser deliberado por las fuerzas rusas sabiendo que cientos de civiles se resguardaban en las instalaciones.
"A partir de los datos creíbles disponibles, la investigación llegó finalmente a la conclusión de que un ataque aéreo deliberado contra un objetivo civil era la explicación más verosímil", señala el informe que recoge la investigación.
La palabra "niños" escrita en ruso se veía desde el aire
Días antes del ataque, casi un millar de ciudadanos ucranianos habían sido refugiados en el teatro cuando huían de los bombardeos a sus casas que destruyeron la ciudad en un 80%. Además, a ambos lados del edificio, se había escrito "niños" en ruso de forma que la palabra fuera visible desde el aire y así evitar posibles ataques.
Entre los testimonios recogidos en la investigación se puede leer el de Grigoriy Golovniov, un empresario de 50 años que se encontraba a 200 metros del edificio en el momento del bombardeo: "Iba caminando por la calle que lleva al teatro dramático... Podía verlo frente a mí... Estaba a unos 200 metros... Pude escuchar el ruido de un avión... pero en ese momento no presté atención porque [los aviones] volaban constantemente... Entonces vi explotar el techo del edificio... Saltó 20 metros y luego se derrumbó... y entonces vi mucho humo y escombros... No podía creer lo que veían mis ojos porque el teatro era un santuario. Había dos grandes carteles de 'niños'", relata el empresario.
Otros testigos narran cómo vieron cuerpos ensangrentados y partes de cuerpos desmembrados entre los escombros del edificio devastado después del ataque.
La detonación de varias bombas destruyó las paredes interiores adyacentes y los laterales del espacio para actuaciones. Después se abrieron brechas en los muros de carga exteriores y generaron dos zonas de escombros principales en la fachada nororiental y la suroccidental. Por suerte, muchas personas abandonaron el teatro, evitando una masacre mayor y “La mayoría de quienes se quedaron estaban en el sótano del teatro y en otras zonas protegidas del impacto directo de la explosión”, señala la organización.
Amnistía Internacional comenzó su investigación el 16 de marzo hasta el día 21 de junio. Recopiló datos entre los que se incluyen 52 testimonios de supervivientes y testigos del ataque. También analizó imágenes satélites y datos de rádar captados inmediatamente antes y después del ataque. Todos los datos fueron respaldados por una investigación basada en fuentes abiertas del Evidence Lab de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional, que examinó y verificó 46 fotografías y vídeos del ataque que se compartieron en las redes sociales, así como tras 143 fotografías y vídeos que se compartieron de forma privada con el equipo de investigación.