ENTREVISTA EN ESPEJO PÚBLICO
Alejandro Miñana, vecino de Saint-Etienne y amigo de gente cercana al sacerdote, cuenta que era "un buen padre". Cuenta que era una persona muy humilde e incansable. Tenía 86 años y no quería retirarse.
A su vez, Alejandro ha contado que esta pequeña localidad de Normandía es muy tranquila. "Es un pequeño pueblo, con muchos comercios y empresas", ha añadido. Por último, ha comentado que "causa impresión que el terrorista sea tan joven".