En Hamburgo
El alcalde de Hamburgo, el socialdemócrata Olaf Scholz, pidió perdón por el fallido plan de seguridad diseñado para la cumbre del G20, celebrada la semana pasada, en la que se registraron violentos disturbios que dejaron heridos a casi 500 policías.
En una declaración de gobierno ante la cámara de la ciudad-estado, el alcalde dijo que había garantizado a los ciudadanos que se velaría por su seguridad y subrayó el convencimiento de que se habían tomado todas las medidas necesarias. "Pido perdón a los ciudadanos de Hamburgo por no haber sido capaz de garantizar el orden público", declaró Scholz, quien dijo que como alcalde se siente responsable en lo que respecta a la seguridad.
La obligación ahora es "analizar detalladamente" las razones por las cuales no fue posible garantizar la seguridad durante la cumbre. Subrayó que antes de la cumbre muchos criticaron el plan de seguridad diseñado por ser demasiado "pesimista" y que después se les hecho en cara "ingenuidad".
Por otra parte, señaló que "la cosa no puede quedar en la rabia y el estupor" ante los violentos disturbios, sino que "hay que preguntarse qué es lo que está pasando con los jóvenes en el centro de nuestra sociedad". Una "multitud criminal que sólo pensaba en violencia y destrucción" y que empleó "tácticas de guerrilla" es la única culpable de lo ocurrido, dijo el alcalde, aunque subrayó que son cómplices también aquellos que minimizan los disturbios y no se distancian de ellos.
Scholz elogió el papel de los más de 20.000 agentes desplegados para velar por la seguridad durante la cumbre. En ese sentido, expresó su convencimiento de que la "actuación altamente profesional y heroica de la policía" debe ser la base para hacer el análisis necesario de lo ocurrido.
A pesar de los disturbios, volvió a defender la elección de Hamburgo como ciudad para acoger la cumbre del G20, porque, aseguró, las conversaciones entre gobiernos son importantes y porque durante la misma se lograron progresos. "Si una cumbre no se puede celebrar en Hamburgo, tampoco es posible hacerlo en ninguna otra ciudad de Europa occidental", agregó. "No debemos y no podemos dejarnos chantajear por los violentos", dijo Schulz, al tiempo que llamó a todos los demócratas a distanciarse de la izquierda radical.