Paternidad
El rey emérito Alberto II de los Belgas ha admitido este lunes que es el padre biológico de Delphine Boël, tal y como han confirmado las pruebas de ADN, por lo que sus abogados han agregado que finaliza de esta forma la batalla judicial que arrancó en 2013.
Alberto II aceptó en mayo someterse a las pruebas de ADN, tal y como le exigía la Justicia belga desde noviembre de 2018. Alain Berenboom, abogado del monarca emérito, ha anunciado que las pruebas confirman la paternidad.
"Las conclusiones científicas indican que es el padre biológico de la señora Delphine Boël", ha señalado en un comunicado, tal y como ha recogido la cadena de televisión belga RTBF. Así, ha sostenido que "si bien existen argumentos y objeciones jurídicas para justificar el hecho de que una paternidad legal no es necesariamente reflejo de una paternidad biológica y que el procedimiento adoptado le parece disputable, el rey Alberto ha decidido no continuar y poner fin con honor y dignidad a este doloroso procedimiento".
Berenboom ha agregado que, desde el nacimiento de Boël, el monarca emérito "no adoptó decisiones familiares, sociales o educativas relativas a ella y que siempre ha respetado los lazos entre la mujer y su padre legal".
"Más de 40 años más tarde, la señora Delphine Boël decidió poner fin a su lazo legal y socioafectivo con su padre y cambiar la familia", ha agregado, antes de señalar que "ello ha sido así tras un procedimiento largo, doloroso y judicialmente contradictorio".
"Este procedimiento no ha respetado la vida privada de las partes. Respetuoso con las instituciones judiciales, el rey Alberto II se ha abstenido por su parte de intervenir en los debates fuera de las salas de tribunal. Por ello ha decidido reaccionar y explicar su posición en este asunto", ha remachado.
En noviembre de 2018, la Justicia determinó que la mujer que reclama desde hace años en los tribunales ser hija, fruto de una relación extramatrimonial, de Alberto II no es hija del que figura como su padre biológico, Jacques Boël, y dio un plazo de tres meses al padre del actual soberano belga para someterse a la prueba de ADN.
En 2013, Jacques Boël ya se sometió a una prueba de paternidad con la que se concluyó que Delphine no era su descendiente, pero los tribunales le consideraron padre legal. Esta decisión fue recurrida por la afectada y es este expediente el que seguía abierto.