EL FALSO ARISTÓCRATA
Se codeaba con la realeza, con su mercedes negro y las banderas del cuerpo diplomático. Una estudiada puesta en escena con la que obtenía dinero, regalos y estancias en hoteles de lujo.
Precisamente sus últimas vacaciones en la región italiana de Brindisi destaparon su engaño. Una semana a todo tren en la que mantuvo reuniones con obispos, políticos y empresarios y que a la hora de pagar ni diplomacia, ni tarjeta de crédito. Los carabinieri descubrieron que no tenía acreditación diplomática alguna.
Acudía a recepciones con todas sus condecoraciones, contaba incluso con sellos de su principado. Mucha imaginación y clase para mantener el engaño durante varios años.
Un auténtico estafador que contaba con su propia página web, detallando la dinastía imperial de la que decía proceder.
Incluso llegó a imponer a Pamela Anderson un título nobiliario por su defensa de las ballenas y los delfines.
De todo dejaba constancia en las redes sociales, en las que no publica nada desde hace seis días, cuando se descubrió su mentira.