ULTIMÁTUM TRAS 22 MESES DE NEGOCIACIONES
Los negociadores advierten de que el tiempo se acaba y consideran que quedan horas para que se compruebe si es posible o no cerrar un histórico acuerdo que asegure al mundo que Irán no puede hacerse con armas nucleares. "Un acuerdo todavía es posible, estamos muy cerca. Pero si las importantes e históricas decisiones políticas no se toman en las próximas horas, no tendremos acuerdo", advirtió la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini.
Esta especie de ultimátum llega tras 22 meses de esfuerzo negociador, que ha permitido acercarse como nunca antes a un acuerdo sobre la cuestión nuclear iraní, pero sin lograr cubrir aún los últimos metros. Las grandes potencias que negocian con Irán consideran que ya no es el momento de seguir dando vueltas sobre asuntos sobre los que se lleva meses hablando, sino de tomar difíciles decisiones políticas.
Para Mogherini, que coordina en Viena la fase decisiva de las conversaciones de la comunidad internacional con Irán, ya no se trata de seguir negociando el lenguaje o de trabajar en un borrador. La política italiana dijo que, especialmente, "una de las partes" tiene que decidir si dispone de "espacio político para tomar esa decisión".
También el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ha advertido de que la negociación tiene fecha de caducidad. "No podemos esperar hasta siempre para que se tomen estas decisiones. Estamos absolutamente preparados para declarar acabado este proceso", aseguró ante la prensa. Con todo, Kerry insistió en que la presión no está en el cronómetro, sino en lograr un acuerdo de calidad que sea útil durante las próximas décadas. Lo que está en juego en esta negociación multilateral, con una recta final que dura ya casi dos semanas, no es un asunto menor.
Para la comunidad internacional significaría limitar el programa nuclear iraní hasta tal punto de que en los próximos 10 o 15 años no sea capaz de fabricar armas atómicas, al menos rápidamente o sin ser descubierto Para Irán, representaría asegurarse un programa atómico civil y, aún más importante, ver levantadas las sanciones que estrangulan su economía. Un acuerdo permitiría a Irán volver a exportar su petróleo libremente, su mayor fuente de ingresos, recuperar miles de millones de dólares de fondos congelados en el extranjero y volver a participar en las redes financieras y comerciales internacionales.
Además, sería un hito histórico de la diplomacia lograr un acuerdo entre Estados Unidos e Irán, dos países sin relaciones diplomáticas desde hace cuatro décadas y que se definen mutuamente como el "gran satán" y un miembro del "eje del mal". La urgencia por cerrar pronto un acuerdo que mostraron Mogherini y Kerry contrastó con la aparente calma del jefe negociador iraní, el ministro de Exteriores Mohamad Yavad Zarif.
"Todo el tiempo que sea necesario", respondió ante la pregunta de cuánto tiempo más planea quedarse en Viena. Antes el ministro había declarado: "Estamos trabajando duro, pero no corriendo". Pese a que todos los dirigentes insisten en que las reuniones están presididas por la profesionalidad y el respeto, en los últimos días se han producido momentos de tensión. "No se puede esperar que una italiana y un iraní discutan en un ambiente frío. Ha habido intercambios acalorados", reconoció Mogherini.
Aunque ninguno de los negociadores ha explicado públicamente cuáles son los obstáculos que impiden un acuerdo que beneficia a todos, las filtraciones y los analistas señalan que son el régimen de inspecciones a instalaciones nucleares iraníes y a qué ritmo deben levantarse las sanciones.
A esos nudos gordianos que han acompañado la negociación durante meses parecen haberse sumado en los últimos días más problemas. En uno de ellos, si el levantamiento de sanciones debe incluir al embargo de armas que pesa sobre Irán, han surgido incluso fisuras en el grupo de potencias que negocia con Irán (China, EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania).
Mientras Washington no quiere ceder en este tema, Moscú ha pedido que el embargo de armas forme parte de las primeras sanciones que se eliminen.