LA INVESTIGACIÓN CONTINÚA ABIERTA

Un joven se suicida después de que sus compañeros lo acosaran y agredieran durante seis meses en Reino Unido

Sus compañeros lo llegaban a rociar con líquido inflamable y le quemaban la ropa, además de encerrarlo en una especie de jaula.

George Cheese, un joven británico (de Reading) de 18 aprendiz de mecánico en Audi, se suicidó después de haber sido acosado por sus compañeros y agredido hasta el punto de que quemaran su ropa después de rociarlo con líquido inflamable y lo encerraran en una especie de jaula, según se ha explicado en el juicio que está teniendo lugar por su muerte en abril de 2016.

Según sus padres, el joven "estaba en la luna" cuando consiguió el puesto en el concesionario de coches seis meses antes del fatal desenlace, pero pronto empezó a llegar a casa cubierto de moretones y señales de quemadura en la ropa. Su padre, Keith Cheese, ha señalado que nunca se perdonará no haberse dado cuenta de estas señales que llevaron al joven a su muerte. De hecho, tal y como recoge 'The Telegraph', su hijo se le acercó y trató de iniciar una conversación con él el día que se mató, pero el padre no levantó la vista, cautivado por un torneo de golf pregrabado en televisión.

Keith también ha explicado en el juicio que aquella misma noche su hijo estuvo dando vueltas por la casa mientras decía: "Tengo que dejarlo, no puedo volver a allí". Sin embargo, el padre le dijo que no lo dejara porque las cosas mejorarían, algo que ahora considera "ridículo".

"Tengo que dejarlo, no puedo volver a allí"

Por su parte, Purdy Cheese, la madre de George, ha explicado que ella fue consciente del deterioro de la salud mental de su hijo durante varios meses y que se tomó sus medicamentos los últimos días de su vida, cuando había caído enfermo. Además, considera que durante los últimos meses el abuso verbal por parte de sus compañeros le hizo mucho más daño que todas las agresiones físicas que sufrió. Además, ha añadido que una mañana su jefe le dijo cuando llegó: "Así que estás vivo después de todo".

Cuando George se quejó a su jefe de lo que estaba sucediendo, según la madre, él se limitó a responder que esos "muchachos" eran "traviesos", pero según el investigador Peter Bedford no se realizó ninguna acción después de que el jefe viera incluso cómo lo encerraban y se iban riéndose. .

A estos problemas se le sumaron que el joven tenía problemas sentimentales y había estado saliendo con una chica intermitentemente durante casi dos años. Además, no pudo alistarse en el Ejército dos años antes, como era su sueño, porque sufrió fracturas en las piernas.

Por su parte, el gerente de la concesionario, Terry Kindeleit, ha alegado durante la investigación que algunas bromas eran "en respuesta al comportamiento de George, como ser descarado o usar pintalabios". Además, pensaba que se inventaba lo que le contó sobre los abusos porque la historia podría haber sido fabricada por el "individuo con problemas". Sin embargo, Kindeleit no ha negado que había sido testigo de que encerraran al joven y le prendieran fuego.

La investigación continúa.

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