EN ESTADOS UNIDOS
Tras diagnosticarle cáncer, sus padres decidieron adelantar los festejos navideños para que el pequeño pudiera disfrutarlos. Los vecinos de su barrio, en Cincinnati, se sumaron a la causa y llenaron las casas de luces y adornos.
Brody Allen, es un niño de dos años que tiene un agresivo y extraño cáncer cerebral desde su nacimiento. Esta enfermedad le fue diagnosticada hace apenas 3 meses. Los médicos descubrieron que tenía cuatro tumores embrionarios con rosetas de múltiples capas. Cuando llevaba cuatro días ingresado, apareció un quinto tumor intratable que ha hecho perder a los médicos y a sus padres la esperanza.
A Brody solo le quedan dos meses de vida y eso no le iba a permitir disfrutar de la Navidad. Sin embargo, sus padres y vecinos han decorado su casa con un muñeco de nieve y otros adornos navideños.