OCURRIÓ EN NOVIEMBRE DE 2012
Un agente de policía de Cleveland (EEUU) fue absuelto por un juez de la muerte a tiros de dos sospechosos desarmados, ambos de raza negra, tras una persecución en noviembre de 2012 del coche en el que las dos víctimas viajaban. Tras un juicio de cuatro semanas, el juez John P. O'Donnell dio a conocer su veredicto en el caso contra el agente Michael Brelo, de raza blanca y de 31 años, quien se enfrentaba a dos cargos de homicidio por la muerte de Timothy Russell y Malissa Williams.
El 29 de noviembre de 2012, varios agentes de la Policía de Cleveland escucharon ruidos procedentes del vehículo de Russell, creyeron que eran disparos y comenzaron una persecución. En la persecución se involucraron más de un centenar de agentes, que llegaron a efectuar un total de 137 disparos contra el coche en el que iban Russell, de 43 años, y Williams, de 30, según la investigación. Brelo era uno de esos agentes y, de acuerdo con los fiscales del caso, cuando ya el vehículo se había detenido y estaba rodeado, él se subió al capó del coche y disparó al menos quince veces más contra los dos sospechosos, que estaban desarmados.
Tras conocer su absolución, Brelo rompió a llorar ante el juez y poco después decenas de personas comenzaron a concentrarse en las calles de Cleveland para protestar contra el veredicto. En diciembre pasado, el Departamento de Justicia de EEUU divulgó el resultado de una investigación iniciada en marzo de 2013 y que concluyó con la acusación de que la Policía de Cleveland ejerce un "uso de la fuerza excesivo". Esa investigación detectó "un uso innecesario y excesivo de fuerza letal, incluidos tiroteos y golpes en la cabeza con armas de impacto".
El resultado de esa investigación se dio a conocer poco después de que un oficial de la Policía de Cleveland matase a un niño negro de doce años al confundir la pistola de juguete que llevaba el menor con un arma de verdad. A finales del año pasado, un gran jurado de Ferguson (Misuri) decidió no imputar cargos contra el policía blanco Darren Wilson por la muerte del joven negro Michael Brown, y lo mismo ocurrió en Nueva York en el caso contra otro agente blanco por la muerte del afroamericano Eric Garner.
A raíz de esas decisiones hubo protestas en todo el país, en algunos casos violentas. Más recientemente, este mismo mes, la ciudad de Baltimore (Maryland) fue escenario de fuertes protestas y disturbios a raíz del fallecimiento del joven negro Freddie Gray, quien perdió la vida tras quedar en coma mientras estaba bajo custodia policial. Seis policías han sido acusados por la muerte de Gray, y la fiscal general de Baltimore indicó esta semana que el proceso judicial comenzará el próximo 2 de julio.
En un intento de mejorar las relaciones entre las fuerzas del orden y la población tras las tensiones vividas en ciudades como Ferguson y Baltimore, el presidente de EEUU, Barack Obama, anunció el pasado lunes que va a prohibir el suministro de algunos equipos militares a los cuerpos de Policía.