DESDE ESPAÑA TEMEN POR SU VIDA
El sacerdote Miguel Pajares empezó con fiebre alta hace algo más de una semana. Desde entonces, todos los días sus compañeros de Madrid han podido hablar con él, excepto durante las últimas horas, un hecho que les preocupa considerablemente.
Pajares ha pasado más de 20 años en África, y los últimos trabajando en el hospital de San José de la capital de Liberia. Junto a él, estaban cinco personas más, quienes ahora también permanecen aislados. Entre ellos está la Hermana Juliana, una mujer africana con nacionalidad española. Aunque ella no tiene los síntomas, sí que los padecen otras dos religiosas.
De momento, y para prevenir la propagación, se ha cerrado el centro en el que trabajaban. A las personas que dan positivo al virus de ébola les están dejando en un hospital de aislamiento practicamente sin atender, esperando a la muerte.
El virus se dispara y va invadiendo cada vez más regiones de África. Se trata de una situación sin control, que la última semana ha dejado 30 muertos diarios. Los investigadores siguen la evolución y los voluntarios, entre los que hay españoles, trabajan a pie en Liberia y Sierra Leona.
Los hermanos de San Juan de Dios siguen pendientes de las noticias que llegan desde Liberia. Todos esperan que el padre Miguel Pajares pueda volver en septiembre para quedarse, como estaba previsto.
Con 75 años y problemas de corazón, sus amigos desde España le esperan preocupados.
La Hermana Chantal, también posiblemente contagiada con ébola, dice que se encuentran todos ellos débiles. Del padre Miguel, dice que estos días atrás tenía fiebre y está sin apetito.
Los análisis, que se los realizaron este lunes, todavía no han dado un resultado, y se encuentran a la espera.
Explica que además de la fiebre, tienen vómitos por la medicación que toman, dolor en el cuerpo y sobre todo se les quitan las ganas de comer.
En caso de que finalmente estén infectados con el virus, dice que no saben qué pasará.