Afganistán
Najibullah Afghan pone rostro a los miles de afganos que tuvieron que abandonar Afganistán a partir de agosto de 2021. Tuvo que dejar atrás a su familia para conseguir llegar a Pakistán y después, a España. Antena 3 Noticias ha sido testigo de su reencuentro con Laia Marsal, la española que le ayudó a salir de Afganistán.
El 15 de agosto de 2021, Najibullah estaba, como cualquier día, impartiendo sus clases de español en la Universidad de Kabul. Incluso durante aquel domingo, no pensaba que los talibanesfueran a entrar en Kabul. Pero lo hicieron y su vida cambió tal y como la conocía.
"El 15 de agosto yo estaba en la universidad, dando clase, no pensábamos que esa tarde los talibanes iban a llegar e invadir la capital. Esa misma tarde, llegaron los talibanes y perdimos todo lo que habíamos logrado durante 20 años: la democracia, los derechos de las mujeres, todo... Ahora, con los talibanes, la gente vive como si estuviésemos mil años atrás", relata.
Nada ha vuelto a ser como antes y echando la vista atrás reconoce que "desde el 15 de agosto, mi vida ha tenido dos fases: una de oscuridad y otra de luz". "La primera parte de oscuridad fue cuando nos dejaron atrás, nadie nos hacía caso. Estábamos pidiendo ayuda pero nadie nos daba una respuesta. La segunda parte de luz fue cuando Laia Marsal me escribió y me dijo que me podía ayudar. Ahí fue cuando tuve la esperanza de que podía tener un futuro. Y así fue como salí de Afganistán, con la ayuda de Laia", explica Najibullah.
Aquí es donde entra en juego Laia Marsal. Esta catalana de 44 años ha conseguido sacar a 230 personas de Afganistán. Trabaja para una ONG estadounidense que gestiona evacuaciones internacionales. No se dedicaba a ello antes de agosto de 2021: "jamás había pensado en dedicarme a esto, yo me dedicaba al marketing, el arte y la cultura, pero ayudé a una persona a salir en agosto y detrás de este caso llegó uno detrás de otro".
Ahora su función es conseguir visados para aquellos afganos que han podido salir de Afganistán, pero se encuentran encallados en países fronterizos. Les ayuda a "que puedan llegar a un destino final y tener una vida mejor". "También tengo personas dentro de Afganistán y miro la mejor forma de sacarlos", añade.
Ella fue quien contactó con Najibullah cuando él buscaba la manera de abandonar su país: "Estábamos pidiendo ayuda, de cualquier forma: twitter, correos... Y un día Laia me contestó a un mensaje que yo había escrito al Ministerio de Exteriores de España. Ella me encontró gracias a esa publicación. Nos pusimos en contacto y me dio la esperanza de que podía ayudarme. Me dijo que si consiguiese llegar a Pakistán, podría tener una cita y una entrevista y conseguir el visado".
Najibullah pudo llegar de manera más sencilla que otros de sus compatriotas porque en el momento del ascenso de los talibanes, él tenía su pasaporte en vigor: "Como tenía pasaporte y la embajada pakistaní en Afganistán seguía abierta pude conseguir el visado para viajar a Pakistán. Conseguí salir en avión con los mínimos vuelos que había una o dos veces a la semana. Solo tenía en la mano una maleta con algo de ropa, lo único que quería era salir y no llevarme nada más. Estuve en Pakistán durante un mes y medio, conseguí el visado y llegué a España. Estuve un mes en Madrid en un hostal y después, pude trasladarme a Barcelona y aquí estoy feliz".
Así es el trabajo de Laia
Y ahí, en Barcelona, en el paseo de la Barceloneta, Najibullah se ha reencontrado con Laia para recordar cómo fueron aquellos meses. "Tienen que tener un aguante bastante importante de tiempo en los países circulantes, porque hay gente que tiene que esperar 2 ó 3 meses a tener la entrevista y aún más a que les entreguen el visado. Nos faltan recursos porque hay gente que tiene el visado para viajar a España, pero no tiene el dinero para coger un vuelo a Madrid y para eso hace falta ayuda".
"La embajada en Pakistán está trabajando muchísimo, solo hoy hemos gestionado el vuelo de 24 personas. Los vuelos van llegando poco a poco, cada semana suelo gestionar la evacuación de unas 30 personas", explica Laia. Pero añade: "tenemos un problema también de recibida en Madrid, tienen que tener una buena acogida con hostales y recursos de Cruz Roja".
Además la ONG de Laia, busca ayudar a un perfil concreto: "saca a mujeres periodistas de Afganistán, lo hacemos con vuelos directos hasta Pakistán", nos explica. "Analizamos bien los casos, que sean reales, que tengan un trabajo real y que estén amenazas realmente. Es muy importante demostrar en la embajada que hay un riesgo real",
Historias personales muy duras que al principio costaba digerir: "dormía muy poco, con ansiedad, porque no asimilaba todos los casos y la cantidad de problemas que tenían. Están deteniendo mujeres, matando mujeres en Afganistán, aunque no salga por la tele es muy importante que esto se sepa: nos están matando mujeres, hombres y gente del gobierno anterior".
Pide que se abran más puertas para que quienes lo necesiten puedan abandonar Afganistán. Entre ellos, está la familia de Najibullah que continúa allí, amenazados por los talibanes e intentando salir del país: "toda mi familia: mis padres, mis hermanos... aún están en una situación de riesgo y no sabemos que les pasará mañana. Estamos muy preocupados por ellos. Yo les doy la esperanza de que hay salida pero no sabemos nada y queremos que el Gobierno de España facilite una salida para mi familia. Mi familia y mis amigos están preocupados y me dicen: ¿Qué tenemos que hacer? y lo que les digo es: que consigan los pasaportes. Yo lo tenía antes de la caída del Gobierno, pero el resto de mi familia no lo tenía".
Najibullah, cada vez más cerca de reunirse con su familia
Y de repente, en medio de la entrevista, Najibullah sonríe y nos cuenta que "ya lo han conseguido", que su familia ha logrado obtener sus pasaportes y que el momento para reunirse con los suyos podría estar más cerca. Un rayito de esperanza que le permite pensar en el futuro: "Me gustaría hacer lo que hacía. Seguir con mi carrera de docente, de profesor, porque aquí hay posibilidades y oportunidades para trabajar, para la vida. El futuro que me viene lo veo muy brillante".
Mientras tanto, Najibullah devuelve la ayuda recibida por Laia, ayudando a otros como él: traduciendo al español, explicándoles el papeleo con las embajadas o ayudando a gestionar vuelos. Ahora cuando le preguntan por su edad, Najibullah no responde que tiene 25 años. Ahora tiene otra fecha de nacimiento: el 4 de diciembre de 2021. Ése fue el día que llegó a España y se rehizo a sí mismo "porque lo que vivo aquí es la vida, y lo que tenía en Afganistán, eso no era vida".