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Durante 6 años cumplió la lista de deseos que dejó su padre antes de morir: "Necesito terminarlo"

El padre de Laura Carney murió a consecuencia de un accidente provocado por un conductor distraído. Años antes había dejado escrita una lista de deseos para cumplir. Como no pudo terminarla su hija lo hizo por él.

La lista de deseos de un padre cumplida por su hija Pexels

Laura Carney se quedó sin padre hace unos años por culpa de un conductor distraído. Desde entonces esta británica de 44 años se propuso terminar aquellas cosas que su progenitor no pudo y que había condensado en una pequeña lista. Así es como Laura se ha pasado los últimos seis años de su vida completando los deseos que su progenitor escribió el mismo año que ella nació.

A la edad de 25 años, poco después del fallecimiento, Laura descubrió un papel escondido en una bolsa de gamuza marrón, junto a la licencia de conducir de su padre, un anillo y varias baratijas. Laura lo observó detenidamente y comprobó que se trataba de una especie de lista de deseos de su difunto padre.

Fue entonces cuando surgió en ella la necesidad de cumplir con lo que él quería. "Necesitaba terminarla. Esto es lo que se supone que debo hacer", se dijo Laura.

Cumple la lista de deseos de su padre

La lista tenía 60 misiones, cinco de las cuales ya habían sido realizadas, incluyendo "hacer un monólogo de comedia en un club nocturno" y "ver un juego de la Serie Mundial en vivo", mientras que una estaba marcada como "no cumplida": "Pagarle a mi padre dólares 1,000 más intereses". Quedaban así 54 retos para que Laura completara la lista de deseos.

Esta tarea le ha llevado 5 años y 11 meses. "Era algo que necesitaba hacer para poder volver a estar en contacto con mi yo real. Todavía estaba cargando con este dolor y este trauma, y no tenía idea de que lo estaba", confesó Laura el pasado mes de diciembre, cuando marcó la última tarea.

Los retos que ha tenido que cumplir

A Laura le ha llevado casi 6 años finalizar la lista de su padre porque algunos han sido retos especialmente complicados. Por ejemplo, en el papel estaba escrito "hablar con el presidente" o "grabar cinco canciones". A pesar de ello Laura nunca tiró la toalla, ya que la lista era la única forma de homenajear su progenitor.

De hecho, pocos años después de la muerte de su padre, Laura se convirtió en activista de la conducción segura, escribiendo artículos sobre el tema, recaudando fondos y dando charlas y entrevistas. Esta experiencia le sirvió para conocer a un grupo de personas "que estaban tratando de hacer algo para resolver lo que se había convertido en una forma mucho más común de morir", tal y como ha explicado Carney.

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