LA MITAD REALOJADAS EN 500 REFUGIOS
Más de 200.000 japoneses viven bajo la sombra de Fukushima, a su alrededor 20 kilómetros desiertos, como las carreteras que llevan a la localidad que da nombre a la central nuclear.
Aquí, a 60 kilómetros de la planta, el gobierno ha creado un puesto de mando. Decenas de soldados y funcionarios marcan las zonas afectada por la radiación, miden los niveles de las personas que llegan a la ciudad.
Yumi Sasaki vivía a 10 kilómetros de la central, ella y su hijo forman parte de las 100.000 personas que han abandonado el área más peligrosa. TOTAL: " La radiación no se puede ver, no sé cómo averiguar si se está en el aire, tal vez la comida está contaminada."
Otras 140.000 residen en la zona C. El gobierno les ha pedido que se encierren en sus casas, mientras se emiten consejos para protegerse de la radiactividad.
Gobierno: "En este nivel de radiación no hay riesgo para la salud". Hay que estar preparados para evacuar pero por ahora el operativo no cuenta con los medios para hacerlo. Demasiados damnificados frente a pocos vehículos, menos gasolina y comida racionada.
En Sendai, a 97 kilómetros de la central nuclear las colas para huir son interminables. Una de las evacuadas asegura:"Estoy muy preocupada por la radiación, sigo las noticias y la situación parece estar empeorando".
La actividad de Sendai contrasta con el silencio de Fukushima. La ciudad parece muerta. Nadie se fia de un gobierno que dice mantener la situación bajo control.