Lotería de Navidad
¿Es mejor proclamar a los cuatro vientos tu buena fortuna o mantener en secreto que has sido el ganador del Gordo de la Lotería de Navidad? Un experto nos da las claves.
Año tras año vemos la misma imagen a través de nuestro televisor: los afortunados ganadores de la Lotería de Navidad descorchando botellas de champán, compartiendo su felicidad con sus seres queridos y, por qué no, con todo el que pasa por ahí.
Pero, ¿esto se debería hacer? ¿Está bien gritar a los cuatro vientos que hemos sido los afortunados ganadores del Sorteo Extraordinario de Navidad? Más allá del riesgo para la seguridad que pueda suponer, ¿cómo puede afectarnos que todo el mundo sepa que ahora contamos con mucho más dinero en nuestra cuenta bancaria?
Fernando Pena, psicólogo director del centro 'Calma Al Mar' y presidente de la Asociación Española de Psicología Sanitaria AEPSIS, ha tratado de responder a estas cuestiones.
"Ganar la lotería puede atraer a gente puramente interesada", ha advertido el psicólogo. Además de atraer a personas que se acercan tan solo por el dinero, también puede generar enemistades con familiares o amigos que esperaban que compartieses una parte del premio. "Esto te puede hacer sentir que se aprovechan de ti y que vives situaciones injustas", puede provocar emociones desagradables complicadas de gestionar.
"Cuéntaselo a las personas que se van a alegrar de forma genuina por ti"
Es totalmente normal que te apetezca compartir tu alegría con las personas de confianza, pero "deberías asegurarte de que se van a alegrar de forma genuina por ti". "En ese caso, puedes decírselo y puedes pedirles, si lo estimas oportuno, que te guarden el secreto", ha explicado Fernando Pena.
Puede ocurrir que, si no eliges bien a las personas a las que les cuentas la noticia, podrían exigirte demasiado, algo que, seguramente, te hará sentir culpable. En este caso, lo mejor es hablar con la otra persona y explicarle cómo te sientes.
La decisión de si se debe ocultar o no que has ganado la lotería es muy personal y depende de las circunstancias individuales, relaciones y objetivos de cada uno. "En cualquier caso, mi recomendación es no cambiar mucho de estilo de vida porque los mayores impactos psicológicos se producen cuando el cambio es repentino", concluye el experto.