La investigación que sentó en el banquillo a una Infanta
La investigación sobre la corrupción política en Baleares adquirió una dimensión distinta cuando, en el año 2010, el caso Palma Arena llevó a desgajar la investigación sobre Iñaki Urdangarin y su socio, Diego Torres.
Sus negocios, cobrando a entidades públicas por asesoramiento y organización de eventos, llevaron a sospechar que esos cobros pudieron ser ilícitos y que, incluso, podrían haber terminado en el extranjero u ocultándose a Hacienda.
Tras meses de juicio oral, el 22 de junio de 2016, el juicio por el Caso Nóos quedó visto para sentencia. Los acusados, que tenían la oportunidad de añadir unas últimas palabras no quisieron añadir nada a lo dicho por sus abogados. Tampoco Iñaki Urdangarin ni su esposa, la Infanta Cristina.
Sí lo hizo el abogado de la Infanta Cristina, Pau Molins, quien insistió en alejarla de toda responsabilidad de la empresa familiar Aizoon, asegurando que todo lo gestionaba su marido. Molins recordaba que la Infanta no se encargaba de Aizoon por sus "numerosas obligaciones" y pasaba a detallarlas: "Madre de cuatro hijos, empleada de la Caixa y representación en la Casa Real".