Diez años sin Marta
La madre de Marta del Castillo, Eva Casanueva, cree que a su hija no
la mata solo Miguel Carcaño, “la matan los silencios de los demás, las mentiras
de los demás”. Guarda en su recuerdo la
última imagen de su hija, cuando le pidió, la tarde en la que desapareció, que
la rizara el pelo. Fue en ese momento
cuando sonó el telefonillo de casa, era Miguel Carcaño buscando a Marta “mi
niña me dio un beso y se fue”.
Sigue
confundida, se siente engañada desde la primera noche de la desaparición.
Samuel le aseguró que Miguel Carcaño dejó a
Marta a las 24:00 en la puerta de casa, pero cuando se lo estaba comunicando
aún eran las 23:40.
Han pasado diez años, sus otras dos hijas y su marido han sido el motor que ha tirado de
ella. Y ahora también su nieta, porque Eva es abuela, abuela de una niña que
lleva el nombre de Marta.
Se sorprende
cada vez que piensa la cantidad de gente que ha movido su hija, el apoyo que ha
tenido. Cree que “estos niñatos hubieran necesitado dos buenas tortas para que
hubieran dicho la verdad y no se hubieran reído de una sociedad completa,
siempre he pensado que han tenido mucha suerte”.
En el juicio
lo único que ella esperaba era que dijeran donde estaba. El perdón, asegura, empieza colaborando y diciendo voy a
terminar con el sufrimiento de esta familia y no ha habido “no puedo
perdonarles nunca, jamás”.