DESCUBIERTO EL PASADO 28 DE MAYO
ETA ocultaba en el zulo hallado el pasado 28 de mayo en la localidad francesa de Biarritz 19 revólveres, 7 pistolas, más de mil cartuchos de distintos modelos, 3,2 kilos de pentrita, temporizadores artesanales y otros explosivos.
Según han informado fuentes de la lucha antiterrorista, en la Villa Cambarre, ubicada en pleno centro de esa ciudad gala, las fuerzas de seguridad francesas en colaboración con la Guardia Civil han hallado además 700 placas de matrícula francesa vírgenes.
En el zulo se escondían asimismo una troqueladora, cifras y letras de acero para fabricar placas de matrícula, mil gramos de material usado para la elaboración de pentrita y 3,2 kilos de esta sustancia.
Además de las pistolas de la marca Smith&Wesson y los revólveres, los agentes hallaron 50 gramos de Diazodinitrophenol, un explosivo primario especialmente peligroso e inestable utilizado para la confección de detonadores.
Treinta metros de cordón detonante artesanal, cuatro temporizadores, un sistema de iniciación para artefactos tipo lapa, 43 kilogramos de polvo de aluminio y tres garrafas de unos 30 litros de capacidad con sustancias para la confección de explosivos aún pendientes de un análisis más exhaustivo forman parte del inventario de lo localizado en el zulo.
Los agentes se incautaron también de dispositivos informáticos, teléfonos móviles y abundante documentación que será analizada. Tras la operación, denominada Brique, Nathalie Chasseriaux, propietaria de la casa, y Enrique López Jurio, otro de los detenidos en la ciudad vascofrancesa, fueron imputados y encarcelados después de comparecer ante un juez antiterrorista en París.
Chasseriaux, arquitecto de profesión, fue arrestada el día 28 de mayo junto con su pareja, que quedó en libertad dos días después. La operación policial tuvo una segunda fase al día siguiente, con la detención de López Jurio en las afueras de Biarritz cuando circulaba en un coche acompañado por una mujer, que fue liberada tras varias horas de arresto.
López Jurio, natural de Pamplona, había vivido varios años en México y hasta su detención era profesor de una escuela de euskera para adultos en el País Vasco francés a la que asistía Chasseriaux como alumna