VISTA A PUERTA CERRADA
El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, ha llegado a la Ciudad de la Justicia de Barcelona con más de una hora de antelación sobre el horario previsto para el inicio de la vista en la que una juez debe resolver si mantiene la prohibición de difundir los correos que afectan a su intimidad.
Urdangarin, que ha sido citado como testigo, ha llegado a los juzgados a las 08.49 horas de la mañana y, tras saludar con un "buenos días" a las decenas de periodistas, cámaras y fotógrafos congregados en la zona, se ha dirigido directamente a la puerta de la sala de vistas 117 de la Ciudad de la Justicia. Su pronta llegada le impidió coincidir con una protesta laboral de funcionarios de justicia que tenía lugar en los mismos juzgados, aprovechando la comparecendia del Duque de Palma.
Poco más tarde, las 09.17 horas, ha llegado el exsocio de Urdangarin, Diego Torres, acompañado por su abogado, Manuel González Peeters, quienes se han dirigido a la sala de vistas sin hacer ninguna declaración.
El Duque ha permanecido hora y media declarando y a su salida ha sido interpelado por los gritos de un grupo de ciudadanos que se acercaron a los juzgados. Sin hacer declaraciones a la prensa, Urdangarin ha abandonado en un coche la Ciudad de la Justicia en medio de un gran despliegue policial.
Al terminar la vista, su abogado, Mario Pascual Vives, ha explicado a los medios de comunicación que ha pedido "mantener las medidas cautelares", aunque ha descartado revelar el contenido de la sesión de este martes al tratarse de un asunto de intimidad, según sus palabras.
Según Vives, la vista "ha sido larga e intensa" y al ser preguntado sobre el contenido de la declaración no ha querido desvelar las interioridades del proceso.
En la vista han estado juntos Urdangarin y su exsocio en el Instituto Nóos que comparecían en calidad de demandante y demandado, y el Duque ha salido una hora antes de concluir, una vez ha finalizado su declaración.
A lo largo de la instrucción del caso Nóos, Diego Torres ha presentado en el juzgado numerosos correos electrónicos atribuidos al duque de Palma, que se han ido incorporando al sumario y que, en algunas ocasiones, han sido publicados en la prensa. Urdangarin presentó en mayo pasado en el juzgado una demanda por vulneración del derecho al honor en el que solicitó una simbólica indemnización de un euro -más costas judiciales- a cada una de las partes contra las que dirigió el litigo, al tiempo que reclamó que se prohibiera la difusión de correos electrónicos que afectasen a su intimidad.