Corrupción
El ex comisario José Manuel Villarejo compareció este miércoles en los exteriores de la cárcel Estremera (Madrid) horas después de que el juez ordenase su puesta en libertad al no poder ser juzgado antes del próximo noviembre, cuando cumpliría cuatro años en prisión preventiva, el máximo que permite la ley.
En un alegato algo confuso y desordenado, Villarejo, con una boina negra, un parche en el ojo y una bandera de España en la mascarilla, dijo que las famosas cloacas del Estado "no generan mierda, sino que la limpia".
Fue uno de los varios titulares que dejó ante la prensa. También dijo que "pese a las torturas y el maltrato sufrido, sigo vivo. Una putada para los que pretenden callarme".
"Es mentira eso de que vaya a huir", remarcó al tiempo que indicaba que tras descansar ("voy a cumplir 70 años") estará encantado de responder a todo el mundo: a la prensa, al juez y "hasta a mis amigos de Podemos".
El antiguo agente de la Policía Nacional, en prisión preventiva desde noviembre de 2017 a la espera del primer juicio por la Operación Tándem, señaló asimismo que pese al ictus sufrido (motivo por el cual llevar el parche, explicó) sigue "con las neuronas frescas" para defenderse, agregando que lo que va a declarar ante el juez "será muy interesante".
También tuvo palabras para el rey emérito, de quien dijo que sentía mucho "lo que le estaban haciendo". Si España "quiere hacer una catarsis, estoy encantado de que eso ocurra", dijo sin entrar en detalles.
Dijo, por último, que lo habían metido preso para "que no hablase" y que lo único que le queda ahora es "poder defenderse", agregando que confía ciegamente en la Justicia, "de lo contrario mi carrera no habría tenido sentido", lanzó.