Opinión
Vicente Vallés hace una reflexión sobre la política, una actividad "en la que todo pasa muy rápido". Tras la polémica por la tragedia de los inmigrantes en Melilla y la desaparición del delito de sedición, llega la de la ley del 'solo sí es sí'.
La política en estos tiempos es una actividad en la que todo pasa muy rápido. Lo que era noticia hace unos días, mañana deja de serlo porque llega otra noticia que la sustituye. Y esta es una gran ventaja para quienes se encuentran ante una dificultad, porque todo consiste en aguantar un poco hasta que la actualidad cambie de asunto y haya otros protagonistas.
Hace unos días, quien estaba en el ojo del huracán era el ministro Marlaska, por la tragedia de los inmigrantes en Melilla. También estaba en problemas el presidente Pedro Sánchez por proponer la desaparición del delito de sedición y aceptar que se hable de cambiar, también el de malversación, para beneficio de los líderes independentistas.
Ambos, Sánchez y Marlaska, aguantaron hasta que el protagonismo lo ganó Irene Montero. Y ahora es la ministra de Igualdad quien intenta aguantar el chaparrón, hasta que llegue otra polémica y otro protagonista. Eso ocurrirá antes o después. Pero, mientras llega el momento, Irene Montero sufre un fuerte desgaste político. Y ese desgaste nunca es gratuito.