Opinión
Donde más se ha discutido hoy sobre la maternidad de Ana Obregón ha sido en los pasillos del Congreso. Nadie se ha librado de las preguntas sobre los vientres de alquiler, incluidos aquellos que no sabían qué contestar.
Uno de los objetivos principales de los dirigentes políticos es controlar la agenda; ser ellos los que decidan de qué asuntos se debate, y de cuáles no. Por supuesto, cada partido, cada dirigente, lo que intenta es que se debata de aquellos asuntos que suponen que les benefician; que les benefician a ellos, y que perjudican a sus rivales. Pero en ocasiones pasan cosas que escapan al control de los políticos y de sus estrategas.
Y, de repente, un hecho inesperado se adueña de la agenda política por sorpresa. Eso ha ocurrido cuando la revista 'Hola' ha salido a los kioskos, informando de que Ana Obregón, una de las protagonistas habituales del mundo del corazón, ha sido madre a sus 68 años, mediante la contratación de un vientre de alquiler en Estados Unidos.
A los partidos políticos les incomoda que surjan polémicas de este tipo, que no han diseñado ellos mismos. Especialmente, cuando estamos en campaña electoral, como ocurre ahora. Por eso, la noticia sobre la maternidad subrogada de Ana Obregón a sus 68 años ha venido a romper la inercia de asuntos preelectorales de estos días. Y cuando hay que improvisar una respuesta, alguien va a tener un problema.