Opinión
El Congreso aprueba la ley de la vivienda, pactada aceleradamente por el PSOE y sus socios a pocas semanas de las elecciones.
El Gobierno ha conseguido el apoyo de sus socios parlamentarios para poner en marcha una Ley de Vivienda. Lo hace después de casi cinco años en el poder, y a solo cinco semanas para las elecciones del 28 de mayo. Este acelerón legislativo se produce en una ley que llevaba catorce meses guardada en algún cajón. Pero, que de repente, se ha convertido en la prioridad del PSOE, en su gran asunto de campaña electoral, y en una norma que desde Moncloa califican de histórica.
La ley sale adelante con el apoyo de Esquerra y Bildu, pero sin el apoyo del PNV. Lo que aún no se sabe es dónde estarán ubicadas las viviendas, ni quién las podrá disfrutar, porque resultaba imposible tener tantos datos cuando la ley casi se ha improvisado en apenas dos semanas.
La Ley de Vivienda ya está en marcha. Los estrategas de Moncloa han considerado que ese asunto es necesario en su campaña. Y, de momento, el éxito de esos estrategas es evidente: han conseguido que la vivienda se haya convertido en el principal debate político de estos días.