Opinión
Los dos socios del gobierno de coalición elevan el nivel público de sus desencuentros.
En enero de 2020, hace cinco años, Pedro Sánchez formó su primer gobierno de coalición. Había ganado las elecciones, pero no disponía de mayoría suficiente, y pactó tener a varios ministros de Podemos. Como en Moncloa ya suponían que esa coalición iba a ser un güirigay, Moncloa diseñó una máxima según la cual el gobierno tendría varias voces, pero una sola palabra. Esa doctrina apenas se cumplió durante unas pocas semanas, porque muy pronto los ministros de Podemos no solo quisieron tener su propia voz, sino también su propia palabra, diferenciada de la del PSOE. Y así ha sido desde entonces.
Ahora, Podemos no está en el gobierno, pero sí está Sumar. Y sigue pasando lo mismo. De hecho, cada día ocurre con más intensidad, porque PSOE y Sumar comparten Consejo de Ministros, pero no se ponen de acuerdo en asuntos determinantes, como el aumento del gasto militar, o la tributación del salario mínimo. Además, Sumar tiene problemas internos entre sus diferentes partidos; también tiene problemas con Podemos; y los dos partidos independentistas catalanes se insultan cada día con más soltura.
Aunque hay algo que no cambia: por mucho que no se soporten, todos están comprometidos con mantener a Pedro Sánchez en Moncloa.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com
