Opinión
Pedro Sánchez intenta evitar que la presencia de etarras en las listas electorales de Bildu condicione la campaña para el 28 de mayo.
Bildu, socio prioritario del gobierno, ha incluido en sus listas para las elecciones municipales a 44 miembros de ETA que fueron condenados por terrorismo. 44. Siete de ellos, por asesinato. Esta decisión de Bildu, con vocación claramente provocativa, ha generado una evidente incomodidad al PSOE, ante el temor de que la iniciativa política que Pedro Sánchez tiene en esta campaña, se dé la vuelta por un asunto como este. Y eso es, precisamente, lo que pretende la oposición: que Sánchez pierda la iniciativa de campaña.
El presidente del Gobierno ha respondido a las acusaciones con el silencio. Moncloa confía en que ignorando el asunto, se diluya y tienda a desaparecer de la agenda política. Y ese silencio del presidente ha sido replicado por los demás miembros del sector PSOE del gobierno.
No por los de Podemos, a los que les parece bien que haya etarras en las listas electorales. El colectivo de víctimas del Terrorismo ha recordado que ninguno de esos 44 etarras ha mostrado arrepentimiento alguno por sus acciones terroristas. En los próximos días sabremos cuánto afecta este asunto al desarrollo de la campaña electoral.