CISMA EN LA FORMACIÓN
La posibilidad de que Podemos entre en el Gobierno de Castilla-La Mancha ha generado división en el seno de la formación morada, después de que uno de sus dos diputados regionales se mostrará contrario al acuerdo, que ahora deben ratificar los inscritos. Partidos políticos, sindicatos y empresarios de Castilla-La Mancha han analizado el principio de acuerdo alcanzado entre el presidente autonómico, Emiliano García-Page, y el líder regional de Podemos, José García Molina, para desbloquear el presupuesto de 2017, rechazado hace tres meses por la formación morada junto al PP.
Un acuerdo que pasa por la entrada de Podemos en el Ejecutivo con una vicepresidencia y una consejería que se encargará de coordinar el Plan de Garantías Ciudadanas, lo que tendrá que ser ratificado por el Consejo Ciudadano de Podemos y por la militancia. A primera hora de hoy, el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha se ha reunido en sesión extraordinaria para ultimar los detalles de las nuevas cuentas generales, que según ha explicado en rueda de prensa el consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina, no difieren "sustancialmente" de las anteriores.
Entre las novedades, se incorpora el compromiso de contratar durante todo el año a los docentes interinos, además de incluir una partida de 67 millones para medidas agroambientales y un mayor presupuesto para agilizar los trámites de la dependencia. El proyecto de presupuestos se aprobará el próximo martes y, a continuación, será remitido a las Cortes de Castilla-La Mancha, donde recibirá luz verde previsiblemente de manera definitiva el 31 de agosto.
El primero en reaccionar al posible pacto de gobierno ha sido David Llorente, el compañero de bancada de García Molina en las Cortes regionales, donde la formación morada cuenta con dos diputados que el PSOE necesita para sacar adelante las cuentas. A juicio de Llorente, lo acordado con el Gobierno se trata de una "decisión personal y un nuevo bandazo" del secretario general de Podemos en la región, "no de Podemos Castilla-La Mancha". Ha argumentado que en el reciente proceso interno del partido, donde García Molina fue reelegido, éste "planteó todo lo contrario, que no se podía confiar en este PSOE, que Emiliano García-Page no era de fiar".
A estas palabras ha respondido el secretario de Podemos Castilla-La Mancha, ha subrayado que la decisión de entrar en el Ejecutivo "no la va tomar ni un diputado ni el secretario general" sino que "la tiene que tomar la gente". Ha defendido que el ofrecimiento es "honesto" y pretende garantizar "estabilidad política en la región".
De este modo, el dirigente de Podemos reunirá el próximo lunes al Consejo de Coordinación y, previsiblemente, en la misma semana, al Consejo Ciudadano para consultar la posible entrada del partido en el Gobierno regional, lo que después preguntará a las bases. Uno de los más críticos con este posible acuerdo de gobierno ha sido el PP de Castilla-La Mancha, que a través de su portavoz adjunto, Lorenzo Robisco, considera que genera "más incertidumbre y más inseguridad" y las consecuencias son "impredecibles".
El consejero de Hacienda ha desvelado que intentaron alcanzar días antes un acuerdo con el PP, pero que su propuesta pasaba por una reducción de impuestos que llevaba aparejada "recortes" por valor de 200 millones de euros. Por su parte, el coordinador regional de Izquierda Unida, Juan Ramón Crespo, ha criticado el "reparto de poder" realizado entre el Gobierno y Podemos, en tanto en cuanto éste no venga acompañado de un cambio en el presupuesto de la Junta para 2017.
La portavoz de Ciudadanos en la región, Orlena de Miguel, ha opinado que le parece "un poco triste" que el desbloqueo presupuestario en la región no haya venido de la mano de la aprobación de propuestas, sino "por un sillón" y ha advertido de que "por experiencia, estabilidad y Podemos no conjugan bien"