A PETICIÓN DE ESPAÑA Y REINO UNIDO
Expertos de los servicios de Interior, Aduanas y de Justicia de la UE y de la oficina antifraude europea inspeccionarán el paso fronterizo de Gibraltar, en una misión que tiene como objetivo verificar sobre el terreno las quejas que han trasladado tanto España como la colonia británica.
La misión comenzará su trabajo este miércoles, en una jornada en la que la comisión inspeccionará las instalaciones y controles que se llevan a cabo en la entrada y la salida de personas y mercancías en ambos lados de la verja, así como "asuntos relacionados con el supuesto contrabando", según ha explicado el Ejecutivo comunitario en un comunicado.
La decisión de enviar esos equipos se tomó en colaboración con las autoridades de Madrid y Londres después de que la UE recibiese este verano quejas de ciudadanos, eurodiputados y del Gobierno de Gibraltar por los "supuestos tiempos de espera excesivos" en la frontera con España.
Estas colas formaron parte de la escalada de tensión diplomática que se produjo el pasado verano después de que el Gobierno gibraltareño arrojara al mar sesenta bloques de hormigón para crear un arrecife artificial, justo en el lugar donde faenan pescadores españoles. El Gobierno español elevó sus quejas y denunció los hechos tanto a la UE como la Fiscalía de Medio Ambiente.
"Las colas en la frontera son el termómetro del enfado del Gobierno español"
Tras estos incidentes comenzaron a sucederse denuncias por las largas colas que se formaban en la entrada y salida de la colonia, que obligaban a turistas, trabajadores y residentes a uno y otro lado de la verja a esperar varias horas a pleno sol, debido a la intensificación de los controles en la aduana por parte de los agentes españoles.
España insiste en que estos controles legales y necesarios, entre otras cosas por el aumento que se ha registrado en los últimos años del contrabando de tabaco (se han aprehendido 700.000 cajetillas en lo que va de año) y por la supuesta presencia en la colonia de redes de blanqueo de capitales.
Gibraltar, que siempre ha considerado que las colas en la frontera son "el termómetro" del enfado del Gobierno español, según ha dicho en más de una ocasión su ministro principal, Fabian Picardo, trasladó sus quejas por la situación "inhumana" que se producía en la colonia.
Las colas han llevado tanto al Ayuntamiento de La Línea de la Concepción como al Gobierno de Gibraltar a habilitar oficinas de quejas para los ciudadanos que han tenido problemas para atravesar este paso fronterizo que diariamente cruzan unas 35.000 personas, muchas de ellas de la localidad gaditana que trabajan en el peñón.
La misión europea no tiene el cometido de estudiar las denuncias medioambientales hechas por España por el lanzamiento al mar de los bloques de hormigón, el uso de gasolineras flotantes y el vertido de arena para el proyecto Eastside, aspectos que se examinan "en paralelo".
La inspección tiene precedentes de misiones técnicas de este tipo en fronteras de otros estados miembros como Dinamarca, Suecia y Holanda para analizar quejas de ciudadanos, aunque, en este caso, se produce en Gibraltar, que no es miembro del área Schengen.
Esta es precisamente, según Bruselas, la circunstancia que obliga a España a llevar a cabo controles a personas y bienes, aunque estos deben ser siempre "proporcionados" y cumplir la ley europea, algo que ahora juzgarán los inspectores de la Unión.
El alcalde de Algeciras (Cádiz), José Ignacio Landaluce (PP), ha pedido que, durante su estancia, los inspectores europeos se pongan en contacto con las administraciones locales para "llevarse una visión más completa" de lo que sucede, algo que, en principio, no está previsto.