ATENTADOS YIHADISTAS
Dos testigos del atentado terrorista de Cambrils recuerdan la horrible situación por la que pasaron. Miguel Ángel ofreció refugio a aquellos que pedían ayuda en la calle, mientras que Leandro salió al exterior para intentar socorrer a las víctimas.
"Salió uno de los terroristas de algún sitio que no tengo ni idea de donde y la última imagen que recuerdo es ver cómo se arrodillaba delante de la policía chillando", relata Leandro. Esa fue la situación con la que se encontró al salir al paseo. Confiesa que el momento que más impresión le causó fue "la imagen de un señor herido de gravedad que tenía la cara abierta de un extremo a otro". El joven trató de asistir a todas las personas con las que se encontró, incluso llegó a dar cobijo en su casa a una pareja que se encontraba en estado de shock.
Miguel Ángel acababa su jornada laboral cuando, mientras cerraba la puerta del restaurante en el que trabajaba, vio un grupo de aproximadamente 200 personas pidiendo refugio. "En nuestro local yo ya fui a meterme con las chicas y mi jefa y ya no me dejaban, me empujaban, me tiraban al suelo", cuenta. La gente dentro del local estaba histérica y se escuchaban lloros ininterrumpidamente. "Ten en cuenta que se metieron unas 200 personas, no sabíamos quiénes eran, había hasta marroquíes", recuerda el camarero. "Yo pensaba que me mataban, que me acribillaban a mi y a todos".
Desde el local fueron de los primeros en llamar al servicio de emergencias "el 112 ya me dijo que estaban saturados, que era un atentado terrorista, que no llamara más, que estuviéramos con las luces apagadas y en silencio y atentos a Internet, que iban sueltos por la calle", atestigua Miguel Ángel.
El atentado de Cambrils se produjo la madrugada del 18 de agosto en el paseo marítimo del municipio. Los terroristas se saltaron un control policial con el coche y accedieron al lugar. En él llevaban varios cinturones explosivos. El ataque dejó más de 50 heridos y un muerto.