Tribunal Supremo
El Tribunal Supremo ha tumbado la inmersión lingüística que había puesto en marcha Jordi Pujol en los años 80. Las clases en Cataluña deberán impartirse al menos un 25% en castellano.
El Tribunal Supremo ha inadmitido a trámite el recurso que la Generalitat presentó contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que ordenaba al Govern garantizar que el castellano sea la lengua vehicular, como mínimo, en el 25 % de las materias.
El conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, y la titular de Cultura, Natàlia Garriga, han denunciado "un nuevo ataque frontal de los jueces al sistema educativo catalán". Fue precisamente la Generalitat la que presentó un recurso de casación para que la sentencia emitida este martes no tuviera efecto, pero el Supremo la ha denegado y ya es aplicable a todos los efectos.
Los dos comparecientes han asegurado que los centros no deberán hacer cambio alguno pese a la sentencia que ordena explícitamente un mínimo del 25% en las escuelas, y que las escuelas pueden tener "tranquilidad".
Tildan de "arbitraria" la sentencia
La Generalitat no ha encajado nada bien este varapalo judicial, que ya fue cuestión de debate hace meses, con casi toda la oposición asegurando que pedirían medidas a la justicia para que así fuera. Finalmente, y tras varios meses de idas y venidas en los recursos presentados, queda estimado que el 25% de las clases debe impartirse en castellano en toda Cataluña.
Josep González-Cambray, conseller de Educación, arremete por el hecho de que "sea un juez quien determine de forma arbitraria el porcentaje de horas que son necesarias para aprender una lengua". Niega que haya conflictos por la lengua en las escuelas y, según dice, "solo 80 familias han pedido la escolarización en castellano desde 2005" en Cataluña.
Por su parte, la titular de Cultura, Natàlia Garriga, asegura que "el aprendizaje de las lenguas no va de porcentajes y menos cuando estamos en plena transformación educativa, que ha venido para quedarse".