GARCIA-MARGALLO SE REÚNE CON SU HOMÓLOGO BRITÁNICO
El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, quiere acordar con su colega británico, William Hague, un llamamiento al Ejecutivo de Gibraltar para que permita faenar en las aguas en torno al Peñón a los pescadores de La Línea de la Concepción y Algeciras como lo venían haciendo desde 1999.
García-Margallo se desplaza este martes a Londres invitado por Hague, ante quien reivindicará el "derecho" de los pescadores españoles a pescar en unas aguas que España considera propias, pues no las reconoce como británicas ya que no se cedieron por el Tratado de Utrecht de 1713.
Además, insistirá en la necesidad de "volver a la aplicación del acuerdo de 1999", por el que se permitía a la flota gaditana faenar en las aguas en disputa, siempre y cuando no se adentraran a menos de 225 metros de la costa.
La tranquilidad regresa a la zona en las horas previas a este encuentro. Los pescadores han decidido no salir a faenar a la espera de las conclusiones de esta reunión, por lo que tampoco habrá una nueva respuesta de la policía gibraltareña. Sin embargo el conflicto se ha extendido y ha afectado esta vez a un marisquero de La Línea de la Concepción.
El conflicto con los pescadores españoles comenzó en marzo pasado, unos meses después de que el nuevo ministro principal del Peñón, Fabian Picardo, desbancara a Peter Caruana con una campaña electoral centrada en acusar a su antecesor de haber cedido soberanía a España con el acuerdo de 1999.
Picardo quiere imponer a la flota gaditana el cumplimiento de una ley de protección medioambiental de 1991 que prohíbe que se pesque con determinadas artes. Margallo ha aclarado que España no tiene "nada que objetar" al objetivo de la norma. El problema estriba en "dónde se puede aplicar esa ley", pues existe una disputa en torno a la soberanía de las aguas que rodean el Peñón. España, basándose en el Tratado de Utrecht por el que cedió a la Corona Británica la ciudad de Gibraltar, no reconoce a Reino Unido más aguas que las del interior del puerto.
Londres, en cambio, entiende que por aplicación de la convención de la ley del mar tiene una milla y media de aguas territoriales hacia Algeciras y tres millas hacia mar abierto.
Al margen del conflicto con los pescadores, Margallo se quejará ante Hague por el rechazo británico a retomar las conversaciones sobre la soberanía de Gibraltar hasta que los gibraltareños no den su consentimiento.