Opinión
Después de la huelga del metal, se esperan numerosas protestas en las calles, que podrían ir a más ante la subida de los precios de la luz y los carburantes y una deuda disparada. Para Susanna Griso, "se dan todos los elementos para la tormenta perfecta".
La temporada otoño-invierno nos trae una colección variada de protestas. Por la pasarela de la 'España revuelta', desfilarán el sector naval, agricultores y ganaderos, peluqueros, policias, guardias civiles y transportistas.
Y no hay que descartar más sectores porque se dan todos los elementos para la tormenta perfecta: los costes de producción se han disparado- léase luz y carburantes-, la inflación alcanza un récord histórico y el Gobierno, con unos presupuestos expansivos, nos ha vendido que la caja está llena, que el maná europeo permite ciertos desahogos, aunque la deuda se esté disparando. Y todos sepamos que en 2023, pasadas las elecciones generales, llegará el austericidio.
¿Era preciso recordar que los manifestantes no son delincuentes?
Desactivada la huelga de los trabajadores del metal, varias conclusiones:
Unidas Podemos, forjada en el activismo, se desmarca al primer asalto. Y vemos como la vicepresidenta Yolanda Díaz, titular de Trabajo, le lee la cartilla al ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, por sacar la tanqueta a la calle.
¿Era preciso recordarle que los manifestantes son trabajadores y no delincuentes? El ministro de Interior calla. También calla cuando PP, Vox y Ciudadanos reeditan la foto de Colón, para apoyar a policías y guardias civiles cuando protestan porque consideran que la revisión de la ley de seguridad ciudadana, más conocida como 'Ley Mordaza', les deja vendidos.
Esperamos más seriedad y menos populismo
Ahora bien, lo más llamativo es que el alcalde de Cádiz, Kichi, diga que "hay que quemar las calles para que Madrid nos escuche". La patronal del Metal se lamenta de que este tipo de manifestaciones, lejos de solucionar un conflicto laboral, lo inflaman.
Queda mucha temporada. Esperamos más seriedad y menos populismo por parte de algunos de nuestros políticos.