Opinión
La presentadora de Espejo Público señala que "Sánchez ha conseguido por dos ocasiones que el titular de la prensa sea la mala relación con Netanyahu" en vez de la reunión con Puigdemont y los verificadores.
Tiene Paco Marhuenda una teoría. El conflicto diplomático con Israel, realimentado por Pedro Sánchez cuando Albares se estaba esforzando en apagar el fuego, es una cortina de humo para que no se hable de la amnistía.
Puede sonar muy rebuscado. Delirante incluso. Pero los fontaneros de la Moncloa, cual guionistas, tienen que buscar continuos giros de guion para que los medios pasemos a la siguiente escena. A la siguiente pantalla.
Y en la semana en la que el socialista Santos Cerdán se reúne con Puigdemont en Ginebra junto a uno o varios verificadores, (prefiere el PSOE llamarlos acompañantes), Sánchez ha conseguido por dos ocasiones que el titular de la prensa sea la mala relación con Netanyahu, un asunto que le acerca al libreto pactado con Sumar.
Curioso, porque no estamos hablando de la amnistía, o la sesión de control en Ginebra, con esos verificadores, que es el libreto pactado con Puigdemont. Ahí lo dejo.