POSIBLE GOLPE DEFINITIVO A LA BANDA

Sorzábal y Pla, el último reducto de ETA que se ocupaba de los presos y los zulos

La caída de la última cúpula de ETA puede ser un golpe definitivo. Se trata del reducto postrero que, escondido en el sur de Francia, se ocupaban de los presos y de custodiar los zulos. Estas detenciones llegan 4 años después del cese definitivo de la violencia, tras 40 años de barbarie y cerca de mil asesinatos.

David Pla e Iratxe Sorzábal estaban a la cabeza de una ETA agónica que se resiste a disolverse. Se ocupaban de su aparato político. Fueron conocidos porque leyeron hace cuatro años el comunicado del "cese definitivo de la violencia", el texto que puso fin a 40 años de asesinatos y atentados de la banda terrorista.

Después de leerlo, se trasladaron a Oslo, la capital noruega, para negociar allí con el recién estrenado Gobierno de Mariano Rajoy. Ofrecieron entregar las armas a cambio de la inmunidad para los etarras huidos y la salida o el acercamiento de los presos. Pero se toparon con un 'no' rotundo. Lo único que aceptó el Gobierno fue la disolución de ETA y la entrega de su armamento, sin condiciones.

Desde entonces, Pla y Sorzabal dirigieron los restos de una organización prácticamente extinguida que contaría con una veintena de militantes en activo. Los detenidos se ocuparían de mantener los zulos que aún conserva la banda, unos escondrijos con armas, explosivos y materiales para hacer bombas que los expertos consideran que ya estarían en muy malas condiciones. Los detenidos también atenderían al colectivo de presos y se encargarían de los contactos internacionales.

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