Caso ERE
En el pueblo sevillano de El Pedroso todo el mundo conoce a Francisco Javier Guerrero. El exdirector general de Trabajo andaluz, que fue alcalde del pueblo, repartió fondos de los ERE a voluntad en esa localidad.
Es allí donde empezó toda la trama del caso ERE. Guerrero montó un entramado de empresas falsas en las que prejubilaban a trabajadores que curiosamente nunca trabajaron: entre ellos a familiares, amigos y vecinos.
En el pueblo todo el mundo sabe quiénes son, pero nadie quiere hablar de ellos. La mayoría de los vecinos, los que no han recibido un euro, están indignados por la fama que tiene el pueblo. "Yo no he visto un duro", asegura uno de ellos, paseando por el pueblo un día después de conocerse la demoledora sentencia contra este caso de corrupción.
También dio subvenciones a empresas de la zona con el visto bueno de otro de los condenados, José Antonio Viera, exconsejero de empleo que también tiene una casa allí. En sólo cinco años el municipio habría recibido 22 millones de euros con esas ayudas fraudulentas.