LAS FAMILIAS CREEN QUE PODRÍA HABERSE EVITADO
Ya han pasado cuatro años de uno de los accidentes ferroviarios más trágicos de la historia de España. 80 personas fallecieron aquel día y 148 resultaron heridas. A día de hoy, las familias de las víctimas siguen reclamando justicia.
A las 20:41 del miércoles, 14 de julio de 2013, se producía una de las tragedias ferroviarias más importantes de la historia de España. El tren Alvia que cubría la ruta Madrid-Ferrol descarrilaba en la curva de A Grandeira, en la localidad de Angrois, a tan solo 3 km de Santiago de Compostela.
De las más de 220 personas que viajaban a bordo del tren, 80 fallecieron aquel día y 148 resultaron heridas. El maquinista estaba distraído, hablando por teléfono con un interventor de Renfe, y entró a la curva a una velocidad cercana a los 190 km/h, cuando la recomendada en la zona era de 80 km/h.
El accidente dejó a Galicia y a España entera conmocionadas. Cuatro años después, las víctimas siguen reclamando que se depuren responsabilidades. Hasta el momento, hay dos investigados por el accidente: el conductor, Francisco José Garzón, y el director de Seguridad en la circulación de Adif, Andrés María Corbitarte.